?
Síguenos en
Scroll

Los cambios necesarios en la salud para evitar las futuras pandemias

Juanjo Villalba

Compartir

Para prevenir que tras la COVID-19 llegue otra pandemia similar, tenemos que adoptar una perspectiva en la que consideremos la salud humana en relación con la animal y la ambiental

De entre todas las especies animales que pueblan nuestro planeta, somos la que corre más riesgo de padecer una nueva pandemia como la que estamos sufriendo. Hay varios factores que nos impulsan hacia ello: el primero es la crisis climática, el segundo la superpoblación y el tercero el haber convertido nuestro mundo en un lugar globalizado e hiperconectado.

Para tratar precisamente sobre estos temas y pensar qué habría que hacer para evitar ese complicado porvenir, la Fundación ”la Caixa” y Biocat organizaron los pasados 16 y 17 de noviembre la conferencia internacional “Pandemias: superando la COVID-19 y preparándonos para el futuro”, un foro virtual liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa), que reunió a los principales expertos mundiales en salud global, como María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adolfo García-Sastre, virólogo de Global Health and Emerging Pathogens Institute of Icahn School of Medicine, Mount Sinai, USA o Miguel Luengo-Oroz, director científico de UN Global Pulse, la iniciativa de Naciones Unidas para el uso de big data e Inteligencia artificial en aplicaciones de desarrollo sostenible y acción humanitaria.

El momento elegido para la organización de este debate no puede ser más oportuno, ya que precisamente ahora, aunque el SARS-CoV-2 todavía nos está golpeando con fuerza en varias partes del mundo, es el momento adecuado para prepararnos para la siguiente pandemia.

En los últimos veinte años se han puesto en práctica algunas iniciativas y se han invertido muchos recursos para controlar y erradicar patógenos emergentes que tenían potencial de convertirse en pandemia

I

Resulta esencial adoptar un enfoque holístico

“Estamos cada vez más conectados y la salud debe abordarse desde una perspectiva global”, declaró Antoni Plasència, director del Instituto de Salud Global de Barcelona, impulsado por la Fundación ”la Caixa”, en la conferencia inaugural del encuentro. 

Robert Fabregat, CEO de Biocat, en el mismo encuentro, declaró que por suerte, durante esta pandemia “los agentes clave de nuestro ecosistema han colaborado de forma colaborativa, acelerando algunos avances científicos para afrontar la situación de una forma rápida y eficiente nunca vista antes”. Pero a pesar de esto, no nos podemos confiar y es necesario ir más allá. No sabemos cuánto tiempo tenemos hasta la próxima pandemia ni su nivel de gravedad. 

Para ello, otra de las participantes en el encuentro, Rachel Lowe, profesora asociada y Royal Society Dorothy Hodgkin Fellow de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, propuso que “para prevenir y estar mejor preparados para afrontar futuras pandemias, no podemos seguir pensando solo en clave de salud humana, como si esta estuviera aislada, sino que debemos adoptar un enfoque holístico y comenzar a pensar también en la salud animal y ambiental”.

II

En qué consiste la nueva perspectiva One Health

No es la primera vez que un virus salta de los animales a los humanos. Ya ocurrió con el virus del SARS, la gripe aviar o el ébola, tres infecciones que pusieron de manifiesto que las condiciones necesarias para que patógenos de la vida salvaje puedan saltar a los humanos son cada vez más frecuentes.

Es por esto que en el encuentro se habló largo y tendido sobre la perspectiva One Health, un enfoque transdisciplinar que se ocupe de la salud de todos los habitantes de nuestro planeta para frenar posibles contagios entre especies.

En los últimos veinte años se han puesto en práctica algunas iniciativas y se han invertido muchos recursos para controlar y erradicar patógenos emergentes que tenían potencial de convertirse en pandemia, pero está claro que estas acciones no han sido suficientes. “Ha faltado inversión en salud pública, en sistemas de vigilancia epidemiológica (que deben estar alineados para que puedan disparar alertas), en infraestructuras, en educación, en comunicación para combatir la desinformación y en dotar a los países, tanto de rentas bajas como altas, de capacidad para contener nuevos brotes”, señaló Carolyn Reynolds, la experta al frente de la iniciativa Pandemic Action Network.

Por su parte Richard Kock, investigador del Royal Veterinary College de la University of London, afirmó que “las medidas que hemos implementado en los últimos años para reducir riesgos se basan en una narrativa errónea, centrada en los países de rentas bajas y en la naturaleza, como focos de potenciales nuevos brotes, cuando son los países de rentas altas los que más riesgo tienen de desarrollar esos nuevos patógenos y diseminarlos”. Para el científico resulta crucial que la inversión pública se centre en fortalecer los servicios sanitarios públicos y la cooperación entre países en un marco de salud global.

III

Cómo podemos estar más preparados para el futuro

Sergio Carmona, Chief Medical Officer de FIND, una organización que lucha por el acceso a un diagnóstico de confianza para las personas de cualquier parte del mundo, declaró que entre los factores más importantes para prepararnos para las pandemias del futuro tenemos que:

1. Contar con un liderazgo global más fuerte en lo relativo a salud pública.

2. Acelerar el acceso a nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el machine learning, los dispositivos móviles y la conectividad.

3. Digitalizar los diagnósticos.

Por su parte, Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Cambio Climático y Medioambiente de la OMS señaló, durante su participación en el encuentro, la importancia de tener muy en cuenta la amenaza climática en las medidas que se pongan en práctica a partir de ahora, ya que la huella de carbono de los sistemas de salud representa el 5% del total de las emisiones a nivel global. La experta enumeró diez recomendaciones sobre salud pública que también se presentaron en la reciente Cumbre del Clima COP26 celebrada en Glasgow:

1. Comprometerse con una recuperación saludable de la COVID-19. Necesitamos inversiones ecológicas y saludables para proteger la salud de la economía.

2. Nuestra salud no es negociable. Se debe priorizar la salud pública. La razón de reducir las emisiones es también reducir su perjuicio en nuestra salud.

3. Promover compromisos climáticos saludables: la contribución nacional es clave. Necesitamos estar en la discusión para poner nuestra salud como prioridad.

4. Sistemas de salud resilientes al clima: la suma de las emisiones de los sistemas de salud suman el 5% de la huella de carbono global.

5. Crear sistemas energéticos que protejan y mejoren el clima y la salud.

6. Transformar la movilidad urbana: ciudades sostenibles, diseño y planificación urbanos saludables.

7. Restaurar la naturaleza como elemento central de nuestra salud. Todo proviene de la naturaleza: nuestra comida, nuestra agua, etc.

8. Sistema alimentario sostenible y resiliente. Estamos desperdiciando un tercio de los alimentos que producimos. Promoción de dietas más saludables.

9. Dejar de subsidiar la contaminación. Se invierten 6 billones de dólares cada año en subsidios a los combustibles fósiles. Ese dinero debería invertirse en nuestro sistema de salud.

10. Movilizar a la comunidad sanitaria. Hay muchos movimientos asociados. Los profesionales de la salud están plenamente movilizados a favor de la acción climática. No es solo una cuestión de clima, es una cuestión de salud.

Compartir

Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Fundación la Caixa. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.