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INSTITUTO PULEVA DE NUTRICIÓN

Leche de crecimiento o leche de vaca entera: ¿qué le doy a mi peque?

Apuesta por la leche de crecimiento para los más pequeños y elige la mejor

Javier Márquez

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La leche adaptada o de crecimiento aporta más nutrientes al niño que la leche de vaca al uso

Una nutrición adecuada es fundamental para la buena salud y el adecuado crecimiento de los niños, desde que están en el vientre materno hasta que son ya unos jóvenes dispuestos a afrontar su futuro. Y en esa etapa crucial, son sin duda los primeros años los más importantes, dado que una alimentación rica en nutrientes en los primeros 36 meses influirá de manera definitiva en su crecimiento posterior. Por todo ello, los especialistas insisten en la conveniencia de la leche adaptada (denominada de crecimiento o tipo 3) como la opción más útil y práctica para aportar a la alimentación del pequeño esos nutrientes esenciales.

Hay que tener en cuenta que en los primeros años de vida se encuentran en un contexto de cambios tanto físicos como nutricionales que pueden chocar con un déficit en la ingesta de los nutrientes fundamentales, debido a factores diversos como el estilo de vida de los padres, el tiempo disponible para comprar alimentos frescos y cocinar, los propios gustos del niño, etc.

En ese sentido, es importante insistir en la educación nutricional de los niños, siguiendo la lógica de la pirámide, de forma que incorporen en su alimentación todos los grupos de alimentos en la frecuencia adecuada. En ese contexto, y con el fin de completar y alcanzar las recomendaciones, la leche adaptada o de crecimiento aporta más nutrientes al pequeño que la leche de vaca al uso, deficitaria en algunos de ellos, y resulta la más útil, práctica y eficaz para ayudar a equilibrar se dieta, al ser un alimento que pasa a formar parte de manera natural de su alimentación diaria. De hecho, la leche en la dieta de un niño de corta edad sigue pesando enormemente con relación al resto de alimentos: supone más del 40% de su aporte nutricional, por lo que hay que escoger bien qué leche queremos que tomen.

Un pequeño gesto como es cambiar un vaso de leche por otro, puede conllevar grandes beneficios

Los especialistas coinciden en este sentido en que la leche adaptada o de crecimiento resulta más beneficiosa para los niños de 1 a 3 años dado que, por ejemplo, su sistema renal aún no ha madurado lo suficiente como para procesar adecuadamente todas las proteínas y grasas saturadas que contiene la leche de vaca. Hablamos por tanto de que un pequeño gesto como es cambiar un vaso de leche por otro, puede conllevar grandes beneficios al suponer una diferencia nutricional importante.

Sin embargo, la duda de muchas madres y padres surge a la hora de decidir qué leche comprar para su pequeño. Pensemos que si para los adultos no titubeamos al comparar las indicaciones de un paquete de leche, cereales o cualquier otro alimento antes de adquirirlo, aún más importante resulta estudiar el etiquetado en el caso de la leche de crecimiento para los más pequeños, de manera que podamos identificar la composición adecuada.

NO TODAS LAS LECHES DE CRECIMIENTO SON IGUALES

Porque es necesario saber que no todas las leches de crecimiento son iguales en cuanto a su composición. Según los datos disponibles, los niños de 1 a 3 años presentan carencias nutricionales de Hierro, Omega 3 DHA, vitamina D debido a una alimentación desequilibrada, por ello es necesario atender al aporte de estos nutrientes cuando analizamos la etiqueta y comparamos varias marcas de este alimento.

En el caso del Omega 3 DHA, resulta fundamental para el desarrollo del cerebro, sin embargo, los niños españoles ingieren menos del 50% de la cantidad diaria recomendada. Algo parecido ocurre con el Hierro, clave en el desarrollo cognitivo, pero el 21% de los niños no alcanza la ingesta diaria recomendada. Más preocupante aún resultan los datos referentes al Calcio y la Vitamina D, de los que los niños españoles presentan déficits de ingesta del 75% y hasta el 100% respectivamente D, a pesar de que desempeñan un papel esencial en el crecimiento y desarrollo de los huesos.

Por todo ello no podemos optar por cualquier tipo de leche adaptada, sino aquella que en su composición nos ofrezca los aportes necesarios para estar seguros de que los pequeños contarán con la alimentación más adecuada y completa. Y en este sentido no hay que olvidarse de evitar el azúcar añadido, especialmente perjudicial y muy diferente al azúcar natural de la leche -la conocida lactosa-, que es el principal hidrato de carbono presente en la leche materna y por ello está excluido de las limitaciones de consumo de azúcares de la Organización Mundial de la Salud.

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