En pleno Año Internacional de los Murciélagos, los verdaderos protagonistas son los propietarios de las fincas: si cuidan sus posesiones conservan también a la especie
Día 03/06/2011 - 13.59h
Naciones Unidas declaró a 2011 como el «Año Internacional de los Murciélagos». El Grupo de Estudio y Protección de los Ecosistemas Catalanes-Ecologistas de Cataluña (Gepec-EdC) empezó a ocuparse de la especie con anterioridad. En 2009 contó con la ayuda de la Generalitat de Cataluña y en 2010 con la de la Fundación Biodiversidad.
«Los objetivos que perseguimos son cuatro: inventariar y conservar sus refugios; buscar el equilibrio entre su preservación y las necesidades de los propietarios que los acogen; así como dar a conocer las bondades de este tipo de animales», explica Jaume Soler, estudioso de la fauna vertebrada. Soler y Ramón Ferré, con una amplia experiencia en educación ambiental, son los responsables del proyecto de conservación del murciélago puesto en marcha por la asociación.
Los quirópteros son muy útiles en el control de plagas de insectos en los cultivos y en las zonas turísticas. Uno solo de ellos puede dar cuenta de unos 400 mosquitos en una noche gracias a su metabolismo (muy activo durante los meses de calor). Algunos murciélagos, incluso, pueden apresar pequeños peces en la superficie del agua o pájaros menores en migración, como el ratonero ribereño o el nóctulo gigante, respectivamente.
Principales amenazas
Las autoridades mexicanas a menudo reciben partes de personas y ganado que han sufrido el ataque de murciélagos. Los científicos estadounidenses, por su parte, han constatado la muerte de millones de quirópteros en el norte del país como consecuencia de un hongo desde 2006. En España no hay registros de enfermedades que aquejen a los murciélagos (como el «síndrome de la nariz blanca») o sean transmitidas por éstos (como la rabia), señala Soler. Sin embargo, las amenazas a las que se enfrentan los quirópteros son otras:
1) La destrucción de sus hábitats cuando se llevan a cabo clareos forestales que echan abajo los árboles en los que se han instalado los murciélagos de bosque, por ejemplo.
2) La espeleología amateur y el fácil acceso a los enclaves donde se practica la actividad castigan a los murciélagos de cueva. «Hemos detectado casos de jóvenes haciendo botellón en cavidades» que, por sus condiciones de temperatura y humedad constantes a lo largo del año, sirven de hibernación a la especie, comenta Soler.
3) La contaminación lumínica de las ciudades.
4) El uso extensivo de los pesticidas en las plantaciones.
5) El peligro que corren los refugios que los hospedan (las fisuras, las tejas y los canales de PVC de los edificios), los cuales, en ocasiones, se encuentran en un estado de degradación absoluta. Los tabiques pluviales suelen ser lugares muy óptimos para que los murciélagos formen grandes colonias de cría. Y los sótanos, al ser más cálidos que las cuevas, resultan idóneos para que las hembras den a luz y amamanten a sus crías. «Intentamos persuadir a los dueños de las naves industriales para que tapien sólo los tabiques por dentro, de modo que los murciélagos no entran en el interior de la fábrica y tampoco abandonan su hogar. A los dueños de fincas les asesoramos para que realicen las obras de acondicionamiento de la vivienda en invierno, en lugar de en verano, cuando los quirópteros están en plena fase de reproducción», matiza Soler.
Cópula entre dos murciélagos de cueva (Miniopterus schreibersii). FOTO: JOSE A. DÍAZ
Cataluña
Las 28 especies que existen en Cataluña, del orden de los microquirópteros, son insectívoras; desde el murciélago de Cabrera hasta el nóctulo gigante (50 cm de envergadura), pasando por el orejudo alpino, catalogado en 2009. Del total de tipos de mamíferos incluidas en el Anexo II de la Directiva Europea para la Conservación de los Hábitats Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres presentes en Cataluña 16 son murciélagos. La pertenencia a este grupo implica «zonas especiales de protección». Sin embargo, «no conocemos ningún plan para la mejora de sus poblaciones», comenta Soler. «Las de murciélago común, bordes claros y rabudo se pueden observar sin problemas en las áreas urbanas. El murciélago de herradura, en cambio, es más fácil de contemplar en el ambiente rural», concluye el experto.
Galicia y Valencia
La Sociedad Gallega de Historia Natural ha exigido a las consejerías de Medio Rural y Medio Ambiente que no se construyan las minicentrales de Eiras II y Salto do Corope (Pontevedra). La razón: a orillas del río Oitavén existe un túnel que acoge a una colonia de unos cien murciélagos de cinco especies. El Catálogo de Especies Amenazadas de Galicia considera «vulnerables» a tres de ellas: Rhinolophus ferrumequinum, Miniopterus schreibersii y Myotis myotis. Y el Plan de conservación de murciélagos cavernícolas que elabora Medio Rural incluye, además, a las dos primeras.
El Parque Natural de la Albufera cuenta con nidos especiales para que los murciélagos encuentren un lugar de descanso. Las cajas, que poseen las dimensiones adecuadas para que sean inaccesibles a posibles predadores, están colocadas en puntos diferentes. Gracias a la iniciativa, cuya parte científica lidera la Universidad Politécnica de Valencia, se han registrado nueve especies diferentes de quirópteros. En un principio, el programa estaba dirigido al Murciélaho de Cabrera, enano y hortelano. Los quirópteros mejoran el control de plagas como el «cucat» del arroz y la excesiva proliferación de mosquitos en el marjal.
