Esta eclosión estival de sinculotismo chancletero en Madrid sólo es la expresión indumentaria del «fascismo de la vulgaridad», que diría el señor Steiner, al que seguimos para mostrarle a Gallardón la m... de ciudad que nos está dejando. El sinculotismo chancletero responde a una deprimente pulsión democrática que lleva a los tíos de todas las edades a salir a la calle en pernetas, con las violáceas varices al viento y unos pies aquilinos clavados en la goma de las chancletas. El efecto para cualquier espíritu sensible es desolador. Para Steiner —ese señor cuya lectura recomienda Manolito Vicent para meterse con los taurinos, lo que demuestra que nunca ha leído a Steiner— es fundamental que Europa ha sido y es pa-se-a-da, pero no en moto por la acera, como le gusta al vicealcalde Cobo, o en bici, que es la alternativa pobre que propone para ir por la acera el concejal Calvo. ¡A pie! «La cartografía de Europa tiene su origen en las capacidades de los pies humanos», incluidos los de Alicia Moreno. Prosigue Steiner con lo que parece una descripción del Madrid gallardoní: «Hay trechos de terreno árido, intimidatorio; hay ciénagas; se elevan altas cumbres. Pero ninguna de estas cosas constituye un obstáculo definitivo...» Y concluye: «Al viajero nunca le parece estar muy lejos del campanario del próximo pueblo (hasta que a Zapatero, que empalma una gamberrada con otra, se le ocurra una ley contra el ruido para clausurar los campanarios)... La diferencia con Norteamérica es radical: uno no va a pie de una población americana a la siguiente... Algunos elementos integrantes del pensamiento y la sensibilidad europeos son, en el sentido originario de la palabra, “pedestres”. Su cadencia y su secuencia son las del caminante... En la cultura griega, los peripatéticos son los que viajan a pie de una polis a otra, aquellos cuyas enseñanzas son itinerantes...» ¿Se puede ir hoy a pie por Madrid? No. Se puede ir en pernetas. A pie, no.
«La entrevista de Aznar ha sido un dedo en el ojo de Rajoy»
Carlos Herrera


