Taxi

Paz es una joven que descubre que su padre y Dani, el chico del que está enamorada, pertenecen a una banda de taxistas de ultraderecha que se dedica, durante sus turnos de noche, a limpiar las calles de Madrid de drogadictos, homosexuales y negros.

En "Taxi", Carlos Saura deja de lado el flamenco y las sevillanas que le habían servido de telón de fondo en sus últimas películas y se centra en el tema de la xenofobia y el racismo violento. El cineasta utiliza por primera vez un guión ajeno, escrito por Santiago Tabernero, para abordar, desde un entorno familiar y cotidiano, un problema como el de los fundamentalismos de todo tipo, tanto religiosos, como políticos o socioculturales.

La película, nominada a la Concha de Oro del Festival de Cine de San Sebastián, cuenta en los papeles protagonistas con dos de las entonces promesas del cine español: la debutante Ingrid Rubio (a quien Saura repescó de una teleserie catalana y que recibió una mención especial en dicho festival) y Carlos Fuentes (que había debutado el año anterior en "Antártida").