Nada que declarar

En 1993, la entrada en vigor de la eurozona está a punto de acabar con las fronteras. En una aduana entre Francia y Bélgica, el que peor lo lleva es el agente belga Ruben, enemigo casi patológico de los galos. Lo que desconoce es que Mathias, su colega del otro lado de la frontera, es novio en secreto de su hermana Louise.

Una comedia de producción francesa que arrasó en las taquillas del país vecino. Con casi seis millones de espectadores, la película sigue la estela de otro enorme éxito cinematográfico en ese país, "Bienvenidos al norte", con la que guarda grandes similitudes. Ambas llevan el sello del director, guionista y actor Dany Boon que, tras mostrar las diferencias entre el norte y el sur de Francia, realiza aquí una parodia del clásico enfrentamiento entre franceses y belgas. Y lo hace asumiendo, como ya hizo también en "Bienvenidos al norte", el papel protagonista al lado del belga Benoît Poelvoorde ("Tímidos anónimos", "La bici de Ghislain Lambert"), quien encarna al delirante personaje de Pierre.