Excelentísimos cadáveres

El asesinato de un juez resulta ser el primero de una serie en la que todas las víctimas son magistrados. Con Italia inmersa en el caos debido a la ola de crímenes, el inspector Rogas es el encargado de solucionar los asesinatos. Rogas cree que un hombre enviado a la prisión por un crimen que no cometió es la persona responsable de los crímenes. Pero cuando informa a sus superiores, ellos no hacen nada. Cuando más crímenes tienen lugar, Rogas destapa un plan que implica a sus superiores, quienes están utilizando la venganza de ese asesino como una excusa para efectuar cambios en el país.

Un filme que introduce un nuevo matiz en la filmografía de su autor: aunque la cinta vuelve a ser un análisis de la democracia occidental, esta vez se introduce bajo la apariencia de cine negro, obtenida, sobretodo, gracias a la utilización de Lino Ventura en su sempiterno papel de comisario de policía, aquí investigando un crimen político. Considerable complejidad, cierta demagogia y estupendo reparto, con una inolvidable colaboración de Tina Aumont como prostituta.