
El 11-S y Arabia Saudí: lo que ocultan los papeles secretos de los atentados
Las familias de las víctimas exigen desclasificar los documentos que pueden revelar las conexiones de Riad con los ataques
LJoe Biden tiene delante una conmemoración del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre muy complicada. La salida caótica y trágica de EE.UU. de Afganistán -la primera guerra que se encontró como respuesta al ataque terrorista- le ha dejado en su peor momento como presidente. Pero podría haber sido mucho peor: los familiares de las víctimas del 11-S han estado a punto de dar la espalda al presidente en los actos del aniversario. Una humillación que se hubiera unido al desastre afgano y de la que Biden se ha librado en el último minuto, casi cuando tocaba la campana.
El presidente de EE.UU. tiene previsto acudir a Nueva York a la conmemoración en el memorial de los atentados, las dos fuentes enormes excavadas en la tierra, en la huella en la que se levantaban las Torres Gemelas, el principal escenario del ataque terrorista.

Hace pocos días, miles de familiares de víctimas mandaron un mensaje claro a Biden: «No vengas». La razón es que el presidente de EE.UU. no había cumplido con una promesa electoral que es para ellos necesaria para cerrar las cicatrices profundas de esa tragedia: desclasificar documentos secretos sobre la investigación del FBI sobre los atentados, incluidos los que implican a Arabia Saudí.
«Un pilar fundacional de EE.UU. es la justicia. Y nuestro Gobierno se la está negando a sus propios ciudadanos», asegura a este periódico Brett Eagleson, uno de los líderes de la plataforma de familiares que exigen la desclasificación de los secreteos relacionados con el 11-S.
Su padre murió en la torre Sur. Eagleson tenía entonces quince años. «Es muy frustrante. Han pasado veinte años y mi familia ha dado mucho por este país», cuenta. «Poco después del 11 de septiembre y de la muerte de mi padre, mi hermano se alistó en el Ejército. ‘Haré lo que sea para defender este país y el honor de mi padre’, dijo entonces. Pusimos una gran bandera estadounidense delante de nuestra casa, y ahí sigue. Amamos a este país. Pero nuestro Gobierno no nos devuelve ese amor. Aquí seguimos, rogando al Gobierno para que revele esos documentos y que podamos pasar página».
La Comisión del 11-S, creada por el Congreso de EE.UU. y ratificada por el entonces presidente George W. Bush, dedicó dos años al estudio de los atentados. «Arabia Saudí siempre ha dicho que sus conclusiones le exoneran de cualquier responsabilidad, que no se encontraron pruebas en su contra», dice ahora Eagleson. «Pero varios miembros de esa comisión han salido a decir que eso no es verdad, que tuvieron problemas de financiación, que les metieron prisa y que no tuvieron oportunidad de seguir las pistas que apuntaban a Arabia Saudí».
Investigación del FBI
Sí lo hizo, sin embargo, una investigación llevada a cabo por el FBI, que duró una década. Uno de sus agentes, Stephen Moore, que lideraba el grupo de Los Ángeles para investigar el 11-S, aseguró en una declaración jurada que la conclusión es que «Arabia Saudí proporcionó a sabiendas apoyo material» a los terroristas.
Además, el exsenador Bob Graham, presidente del comité de Inteligencia del Senado entre 2001 y 2003, ha asegurado que hay «evidencias del apoyo del Gobierno saudí a los terroristas» y peleó durante años para que se divulgaran 28 páginas relacionadas con Arabia Saudí que no aparecieron en el informe público de la Comisión del 11-S.
Eagleson cree que el Gobierno de EE.UU. oculta todo esto «por vergüenza propia, porque fue incapaz de protegernos», y cita los fallos groseros cometidos por el FBI y la CIA. Ese bochorno también es por «elegir ir a la guerra en Afganistán e Irak», a pesar de conocer la implicación de los saudíes. Y también por «bloquear» la investigación a ese aliado en Oriente Medio y «protegerle», en lugar de ponerse del lado de las víctimas estadounidenses.
La investigación del FBI acabó en 2016 y las familias del 11-S han buscado desde entonces que se revelen sus documentos y conclusiones. «Yo estuve con el presidente Trump en la Casa Blanca junto a una docena de familiares y nos dijo que aprobaría la desclasificación», explica Eagleson. Al día, siguiente su fiscal general dijo que se mantendría todo bajo secreto por seguridad nacional.

Ante la presión de los familiares, Biden dijo como candidato que impulsaría la revelación de secretos si llegaba a presidente. «Silencio, silencio, silencio», es lo que dice Eagleson que han recibido las familias una vez que llegó a la Casa Blanca.
Hasta que le han apretado con aguarle la ceremonia del vigésimo aniversario. Hace dos semanas, el Departamento de Justicia anunció una posible revisión de documentos para su desclasificación. Eso no fue suficiente para las familias. «Si piensa que va a venir a la Zona Cero y hablarnos sobre duelo y sobre la importancia del 11-S y cuánto lo siente, pero, a puerta cerrada, paralizar nuestros esfuerzos, entonces no va a ser bienvenido», cuenta Eagleson.
Las familias organizaron una protesta en Nueva York para el pasado jueves, dos días antes del aniversario. Por fin, Biden cedió, firmó una orden ejecutiva para la revisión y desclasificiación de documentos y las familias le han concedido una tregua.
«Esperamos que esto sea un paso sincero hacia delante», dice Eagleson, que celebra la decisión de Biden de firmar la orden ejecutiva y asegura que se lo agradecerán en persona en la Zona Cero. «Seguiremos el proceso de cerca para aseguraron que el Departamento de Justicia y el FBI cumplen, actuar de buena fe y ayudan a nuestras familias a revelar la verdad en nuestra búsqueda de la justicia frente al Gobierno saudí».