
Motín a bordo en el «Bravo España»
Para intentar acudir a Nueva Zelanda a desafiar al «Black
Magic» había que conseguir como mínimo tres mil millones
de pesetas. Era una cantidad ridícula para participar en una Copa
América, pero España no podía dejar de participar porque
llevaba más de ocho años investigando y aprendiendo las nuevas
tecnologías.
El «Bravo España» era el Aspirante más
antiguo de todos los que iban a participar y estaba auspiciado por el Náutico
de Valencia, donde el equipo estuvo entrenándose con los barcos antiguos
durante dos años, y por el Monte Real de Bayona. Los patrocinadores
principales fueron Endesa, la Comunidad Valenciana, Bazán y Amena.
El 19 de junio de 1999, la Reina hizo de madrina del «Bravo España».
Al acto asistió Zaplana, Rita Barbera, Manel Casanova y Rafael Olmedo.
El barco se hizo a la mar con toda la tripulación para realizar su
primer entrenamiento oficial y cuando subieron el génova, se rompió un
cadenote y el palo se rompió por dos sitios.
Se volvió a llegar tarde a la cita neozelandesa. El primer «round
robin» se pasó con sobresaliente. España ganó cinco
de las diez regatas que disputó, entre ellas al «Stars & Stripes» de
Dennis Conner.
El segundo «round robin» fue peor. Se disputaron
diez «match race» de los que el Desafío Español
ganó sólo tres y uno de ellos por retirada del contrario. Había
que hacer un buen papel en el tercero porque España podía pasar
a la historia si se clasificaba para semifinales. Miguel Aguiló, presidente
del Desafío Español, destituyó a Pedro Campos como caña
y puso a Luis Doreste para afrontar la definitiva «round robin».
El resultado fue de otras tres regatas ganadas y una de ellas por retirada
del contrario. España volvía a fracasar en la aventura por
culpa de una mala gestión.
Ocho años en el dique seco y vuelve a la carga con un nuevo
Desafío. Esa es otra historia.