Otros templos y otras bodas
Por Fernando Rayón

San Jerónimo el Real

Aunque todos recuerdan esta iglesia madrileña como el lugar donde se casaron Alfonso XIII y Victoria Eugenia, la historia de San Jerónimo el Real, más conocido como «Los Jerónimos», comienza en el siglo XV cuando los Reyes Cato1icos ordenaron construir, junto al Paseo del Prado, un monasterio de jerónimos que sirviese de aposento real en Madrid.
Ya el hermano de Isabel la Cato1ica, Enrique IV de Castilla, había fundado a orillas del Manzanares otro monasterio de jerónimos, en 1463, y en 1470 concedió a esta fundación prebendas y la posibilidad de recaudar impuestos. Felipe II realizó importantes donaciones al monasterio e hizo ampliar el denominado Cuarto Real, junto al lado del Evangelio del presbiterio, desde cuyas habitaciones podía asistir el Rey a los oficios litúrgicos, como lo hacía desde sus estancias privadas en El Escorial.


Su nieto Felipe IV, hacia 1630, utilizaría los Jerónimos como punto de partida para construir el Palacio del Buen Retiro, del que hoy sólo se conserva el Casón (Salón de Baile), el Salón de Reinos (donde estuvieron Las Lanzas y los cuadros de batallas), y los espléndidos jardines.
En 1808 Napoleón utilizo el palacio del Buen Retiro y el monasterio de San Jerónimo para albergar a parte de su ejército, llevándose las obras de arte que decoraban sus paredes. Tras la Guerra de la Independencia el conjunto quedó tan maltrecho que Fernando VII ordenó demolerlo y convirtió la iglesia, y el monasterio, en cuartel de artillería. Del primitivo templo hoy perdura la fachada de la iglesia, levantada en tiempos de los Reyes Católicos en estilo gótico-renacentista. El resto pertenece a la restauración encargada en 1854 por el rey consorte de Isabel II, don Francisco de Asís, al arquitecto Narciso Pascual y Colorner, un proyecto de restauración que tuvo como resultado las nuevas torres-campanario, situadas en la cabecera del templo siguiendo la estética del gótico flamígero.


Finalmente, en 1878, el Real Patrimonio, en plena Restauración borbónica tras la caída de la Primera Republica, cedió el templo al Arzobispado. Fue entonces cuando se dio el aspecto definitivo a los Jerónimos, siguiendo las trazas del arquitecto Enrique María Repulles, quien se reinventó el interior de la iglesia, eliminando las tribunas del siglo XVI y decorando con nuevas molduras el conjunto, para acentuar el ambiente gótico-renacentista que caracteriza al interior del templo. En el conjunto resultante tras la decoración de Repulles destaca el Retablo Mayor, con las tablas pintadas por José Méndez, inspiradas en viejos retablos del siglo XIX.
Los Jerónimos han visto juras de reyes y de príncipes, exequias reales, retiros espirituales de monarcas, casamientos... La última remodelación importante tuvo lugar en 1906, con motivo de la boda del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia.


Hoy, la construcción del «cubo» del arquitecto Rafael Moneo junto a la iglesia no sólo ha engullido el claustro del antiguo convento sino que ha permitido la demolición de los edificios vecinos y la restauración casi completa de la iglesia. Habrá que esperar a que las obras terminen para emitir un juicio pero no cabe duda que el resultado va a afectar ineludiblemente al antiguo edificio.

[Nuestra Señora de Atocha]

[Ver La Almudena]