Euforia. Es el sentimiento que mejor describe el ambiente preelectoral que estos días se vive en el seno de la coalición Bildu. Si hace apenas doce días no tenía asegurada su participación en las urnas, el tridente Batasuna-EA-Alternatiba encara ahora la recta final de la campaña convencido de que su unidad de fuerzas soberanistas le permitirá cosechar el mejor resultado de su historia y será «decisivo» en la formación de gobiernos municipales y forales. En la mente de sus cerca de 3.500 candidatos una cifra en rojo destaca sobre las demás: son los 272.049 votos que Euskal Herritarrok (EH) obtuvo en las municipales vascas de 1999, celebradas en plena tregua de Lizarra, y que le valieron 679 concejales. Como entonces, Bildu espera aprovechar el clima de optimismo renovado entre la opinión pública vasca tras la última tregua de ETA y confía en rebasar ese techo de 200.000 papeletas.

Sobre su escritorio, la coalición cuenta de momento con un aval importante a la hora de inyectar moral a su militancia, ya de por sí muy movilizada gracias a la sentencia del Tribunal Constitucional. Las diversas encuestas de intención de voto publicadas este fin de semana dan por segura su fuerte irrupción en los ayuntamientos y diputaciones forales vascas. En concreto, el sondeo de Ikerfel para ABC otorga a la marca batasuna entre 24 y 25 asientos en las diputaciones de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, teniendo en esta última la llave de la gobernabilidad. En el plano municipal, obtendrían el 18 por ciento de los sufragios ?uno de cada cinco votantes vascos apoyará a Bildu? y cerca de 800 ediles. También parten con grandes expectativas en el Parlamento de Navarra, donde todos los sondeos pronostican que la coalición obtendrá entre tres y cuatro escaños. Cifra, no obstante, aún lejana a los ocho asientos logrados por sus antecesores de EH en 1999, pero que complica seriamente el gobierno foral.

«Se van a salir del mapa»

En proporción similar a la euforia que se respira en la «izquierda abertzale», el temor en el resto de partidos vascos crece por momentos. Si en 2007 ANV logró 42 alcaldías después de que la Justicia anulara la mitad de sus listas, «ahora se van a salir del mapa», admiten a ABC distintas fuentes consultadas. A ello hay que sumar la veintena de ayuntamientos de EA, el limitado número de sufragios que pueda aportar Alternatiba y el residuo de IU. Así, además de en los habituales feudos de Batasuna en Guipúzcoa, como Mondragón, Hernani y Pasajes, Bildu gobernará sin problemas en municipios señeros como Guernica, Bermeo, Zarauz o Elgoibar.