Archivo ABC
Archivo

«Nunca ha visto el mundo derrumbamiento parecido al de Alemania»: Así contó ABC hace 75 años el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa

El periódico reprodujo íntegramente los comunicados de guerra y los discursos de Churchill, Truman, Jorge VI o De Gaulle

Soldados y mujeres ingleses celebran el Día de la Victoria por las calles de Londres+ info
Soldados y mujeres ingleses celebran el Día de la Victoria por las calles de Londres
Actualizado:

Aquel 8 de mayo de 1945 pasaría a la Historia. ABC lo sabía bien. Por eso sintetizó en una sola palabra el titular de su portada, en la palabra que más anhelaba escuchar todo el mundo tras seis años de guerra: PAZ.

+ info

Cierto es que la ilustración de aquel ángel sobrevolando Europa hoy puede resultar de dudoso gusto, pero tampoco la estética de entonces era la de ahora. «¡Que Dios ilumine a los encargados de dotar a Europa de una paz justa y duradera!», se pedía a pie de página, expresando el sentir de tantos españoles.

Al día siguiente las esperanzas se hacían realidad. «Un minuto después de media noche ha sido dada la orden de "alto el fuego"», titulaba el periódico a toda página.

El comunicado aliado, que reproducía íntegramente ABC, informaba de que todas las fuerzas alemanas de Tierra, Mar y Aire se habían rendido. La Segunda Guerra Mundial había acabado en Europa. Aún Japón no había capitulado, pero una vez muertos Hitler y Mussolini y sus ejércitos derrotados, era solo cuestión de tiempo.

+ info

En la habitación de Reims en la que acababa de firmarse la capitulación alemana, el general Dwight D. Eisenhower, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa,informaba de que se había aplicado la fórmula de la rendición incondicional de las potencias del Eje que pronunciaron en enero de 1943 el difunto presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y el primer ministro británico Winston Churchill. «Las fuerzas aliadas que invadieron Europa el 6 de junio pasado han derrotado totalmente, en unión de su gran aliado ruso, por tierra, mar y aire a Alemania», celebraba.

El mundo nunca había visto un derrumbamiento parecido al de Alemania. Así lo destacaba el periódico en una nota editorial, incidiendo en que había sido una rendición incondicional. Y explicaba: «El presidente Trwman vuelve a asegurar a los japoneses que la expresión no significa su esclavitud ni su exterminio. Significa, simplemente, lo que todo el mundo entiende por las dos palabras, rendición sin que el vencido, el que se rinde, pueda reclamar nada». Las autoridades alemanas no podían invocar ninguna promesa, se hallaban sin la menor base y los ejércitos deponían las armas sin saber cuál iba a ser su destino. El almirante Doenitz, designado por Hitler como su sucesor, había anunciado en una proclama la desaparición del nacional-socialismo. El Tercer Reich se había desintegrado.

Los despachos de agencias informaban a medianoche de la retirada de las tropas alemanas de Praga y la rendición en Noruega, mientras Churchill daba cuenta por radio de la rendición alemana. «Podemos permitirnos un breve periodo de regocijo, pero no olvidemos por un momento el trabajo y los esfuerzos que nos aguardan. El Japón (...) aún no está subyugado», advertía en este discurso, que como el de otros dirigentes aliados fue reproducido íntegramente en estas páginas.

Una calle de Londres, completamente cubierta por la muchedumbre en el Día de la Victoria+ info
Una calle de Londres, completamente cubierta por la muchedumbre en el Día de la Victoria

Churchill fue entusiásticamente aplaudido por la tarde en la Cámara de los Comunes, donde dio cuenta del final de las hostilidades en Europa, y fue ovacionado durante varios minutos por la multitud, cuando salió a un balcón del Palacio de Buckinghan junto a Jorge VI y la Reina Isabel. Más adelante, rodeado de los jefes militares de la guerra y de los ministros del Gobierno, volvió a dirigir la palabra a la multitud en White Hall: «Esta es vuestra victoria, la victoria de la causa de la libertad de todos los países. En toda nuestra larga historia no ha habido nunca día más grande que éste». Y aún por la noche pronunció otro discurso para subrayar que el enemigo derribado «espera nuestro juicio y merced».

«Yo digo que durante muchos años en el porvenir, no solo el pueblo de esta isla, sino de todo el mundo, donde el pájaro de la libertad cante en los corazones, contemplarán lo que hemos hecho y dirán: No hay que desesperar ni someterse a la violencia y la tiranía. Hay que marchar adelante y morir, si es preciso, pero sin ser jamás conquistado», proclamó ante una entregada multitud.

La muchedumbre manifiesta su alegría por las calles
La muchedumbre manifiesta su alegría por las calles

Este periódico dedicó más de la mitad de sus 20 páginas a informar sobre el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Recogió los discursos íntegrosque pronunciaron aquel día Churchill, el rey Jorge VI de Inglaterra, el presidente estadounidense Harry S. Truman o el general De Gaulle, así como la exhortación del Arzobispo de Toledo, Primado de España.

Y dio cuenta de las celebraciones de los aliados ante la victoria. Millones de londinenses manifestaron esa noche su júbilo por las calles y plazas de la capital británica, que estaban engalanadas y con todas las luces de encendidas y en Nueva York se cubrieron de serpentinas.

+ info

Las imágenes del Día de la Victoria llegarían a la redacción días después. La alegría de los prisioneros de un campo de concentración nazi, llevando en hombros a un soldado norteamericano ocupó la portada del 11 de mayo y las de la firma de la capitulación alemana el día 13.

+ info

Aquel 9 de mayo los protagonistas de la primera plana de ABC fueron el general Eisenhower y el mariscal Montgomery, las «Figuras de la guerra».

Azorín vaticinó «un nuevo ambiente social» en Europa y en el mundo tras esta guerra en la que habían luchado juntos «hombres de todos los continentes, de todas las razas, de todas las creencias, de todas las profesiones, de todas las condiciones sociales». En su columna «En la paz», publicada en la edición de Andalucía, escribió: «Europa será más "una" que antes, el mundo será más "uno" que antes. El nuevo orden jurídico creado por la guerra se impondrá a todos».

Aunque para Julián Cortes Cavanillas la paz verdadera aún no había llegado. «La paz no tiene, no puede tener realidad, viva y operante, mientras los cadáveres se pudran bajo el sol o la lluvia, las tumbas estén recién abiertas y las ciudades, en ruinas, mantengan las espectrales y atormentadas fisonomías de su horrendo martirio. La paz no existirá mientras el hambre persista, los hogares no se rehagan, impere el salvajismo de la venganza y en definitiva, los pueblos no concierten su sinfonía clamorosa para que caiga sobre ellos como la bendición de Dios». Aún quedaba un camino que recorrer hasta la paz y algunas sombras, que llevarían a la Guerra Fría, ya se vislumbraban aquel día. «Para el porvenir hay que contar con más complejos pleitos que los presentes, derivados de la ola expansiva rusa», alertaba Roberto de Arenzaga.

Ver los comentarios