Mundial: la oscura maldición del Grupo F que comenzó en España y condena a las selecciones
Desde la Copa del Mundo de 1982, ninguna selección que haya jugado en este agrupación se ha proclamado campeona

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ABC dio la buena nueva a sus lectores en 1975: «España, confirmada sede del Mundial 82». A partir de entonces, nuestro país empezó a rezumar ilusión por el noble arte del balompié. De la mano de un dulce acompañante como Naranjito, que venció a otras 600 mascotas en su carrera particular hacia la cúspide, la sociedad aguardaba impaciente la llegada de una Copa del Mundo que, cuatro décadas después, permanece imborrable en la memoria. A cambio, lo que sí ha pasado de puntillas por las páginas de los libros es que fue en aquel torneo dónde se aprobó la creación de dos nuevos grupos –el E y el F– para albergar todavía más naciones.
«Definitivamente, el Mundial 82, con veinticuatro equipos», confirmaba ABC el 18 de mayo de 1979.
Hasta entonces eran 16 los conjuntos que se enfrentaban en la Copa del Mundo desde que el torneo arrancara en 1930. Sin embargo, la FIFA decidió bendecir la modificación del reglamento tras una escaramuza entre Hermanl Neuberger –presidente del Comité Organizador– y Artemio Franchi –al frente de la UEFA–. Cada uno de ellos, partidario respectivamente de reducir y aumentar la cantidad de selecciones nacionales del Viejo Continente que se vestirían la elástica tres años después. «La proposición del primero era reducir el número de equipos europeos en beneficio del grupo afroasiático», desvelaba ABC.

A partir de entonces, arrancó la fase de clasificación para optar a un hueco en España. «Más de cien equipos buscan un puesto para la fase final del Mundial», confirmaba ABC el 3 de abril de 1981. Poco después, el 14 de junio del año siguiente, debutó en los mundiales el Grupo F. Con él comenzó una curiosa maldición; o superstición, vaya. En cuatro décadas, ninguna selección que haya iniciado el Mundial en esta agrupación ha levantado la Copa del Mundo. El único equipo que a punto estuvo de romper este maleficio fue la Argentina de Lionel Messi en 2014; pero Alemania lo evitó a través de un gol de Mario Götze en el minuto 113.
Arranca la maldición
En el año de su debut, el Grupo F estaba formado por Brasil, la Unión Soviética, Escocia y Nueva Zelanda. La gran favorita era la canarinha, y en principio no tuvo problemas: tres partidos, tres victorias con Sócrates a la cabeza. Las dificultades arribaron cuando, en la siguiente ronda, se enfrentaron a Italia y fueron derrotados por 3 goles a 2. El redactor de ABC no daba crédito a lo sucedido:
«Verlo para no creerlo. El magnífico trasatlántico brasileño, capaz de navegar con dulzura por las zonas más turbulentas, hizo agua para hundirse cerca del puerto, tras un viaje feliz. Italia realizó el milagro de su mejor fútbol para imponerse sin complejos en unos ordenados contragolpes. Si frente a Argentina ya lució, ahora consiguió lo que parece imposible».

Cuatro años después, la maldición volvió a repetirse. Aunque, para ser justos, habría que decir que el Grupo F no fue precisamente el de la muerte. En el Mundial de México estaba conformado por Inglaterra, Marruecos, Polonia y Portugal. Los británicos, favoritos, no lo tuvieron fácil. Pasaron de ronda en segunda posición con una victoria, una derrota y un empate gracias a la diferencia de goles. Les fue mejor en octavos, dónde vencieron a Paraguay 3 a 0. Su camino se terminó en cuartos, contra la Argentina de un Maradona que pasó a la historia por marcarles dos goles; uno de ellos, la famosa ' Mano de Dios' que indignó a medio mundo. Así lo narró ABC:
«Maradona estableció la diferencia entre Argentina e Inglaterra, que planteó una táctica conservadora, sin aspirar más que a una resolución por penaltis. 'El Pelusa' sentenció el partido con dos goles en los primeros minutos de la segunda parte. A partir de entonces, Inglaterra presionó un poco más y acortó distancias, aunque al final casi empató».

Inglaterra volvió a padecer la maldición del Grupo F en el mundial de Italia de 1990. Esta vez sí comenzó con buen pie y pasó de ronda a pesar de enfrentarse a Irlanda, Países Bajos y Egipto. Una victoria y dos derrotas le dieron el boleto a octavos, dónde venció a Bélgica por 1 gol a 0. En cuartos hicieron lo debido al imponerse a Camerún 3 a 2. Sin embargo, cayeron en penaltis contra Alemania Occidental en semifinales.
Y de ahí, a Estados Unidos en 1994. Ese año, Países Bajos, que partía como favorita del F, superó la liguilla como líder y doblegó a Irlanda (2 a 0). En cuartos, sin embargo, tropezó con Brasil, a la que plantó cara (3 a 2).
Imposible de romper
La despedida del milenio en 1998 era idónea para romper, al final, el gafe del Grupo F. La Alemania ya unificada participaba como cabeza de serie de un cuarteto formado por Yugoslavia, Irán y Estados Unidos. Acabaron líderes de grupo y vencieron a México. La siguiente ronda parecía fácil. ¿Cómo perder contra la débil Croacia? Pero así fue, por 3 a 0.
«Croacia entra en la historia. En su primera participación en la Copa del Mundo, ha logrado clasificarse para semifinales. Y eso que la república croata tiene cuatro millones y medio largos de habitantes. Hasta doce años de buena suerte en los que el Canciller Helmut Kohl no había visto perder nunca a sus jugadores se rompieron ayer de forma drástica y definitiva».

El efecto 2000 no quebró el gafe; más bien lo avivó. En ese sangrante Mundial de Corea y Japón en el que España fue derrotada de forma injusta, Argentina e Inglaterra, ambas en el Grupo F, no levantaron la copa. Los británicos se marcharon en octavos y los latinoamericanos hicieron un ridículo histórico al no superar la fase de grupos.
En 2006, Brasil también en este conjunto, cayó eliminada en cuartos frente a Francia mediante un gol de Tierry Henry. Y, en 2010, Italia, campeona de la Copa del Mundo anterior se marchó tras no avanzar ni a octavos. Dos empates frente a Paraguay y Nueva Zelanda le granjearon un billete directo de vuelta a casa.
Argentina tampoco pudo romper el maleficio en 2014. Y eso que partía como una de las selecciones favoritas. Los de Messi despacharon sin problemas a Bosnia, Irán y Nigeria en la fase de grupos. A partir de ahí comenzó su calvario. Ganaron por la mínima a Suiza, Bélgica y Holanda, esta última, en los penaltis. La final contra Alemania fue dura. De hecho, no fue hasta el minuto 113 cuando un gole de los germanos les arrebató la gloria. Y qué decir del desastre teutón de 2018, cuando su selección no consiguió avanzar siquiera a octavos y paladeó el sabor de la derrota frente a conjuntos como Corea del Sur. Lo que deparará este año a los integrantes del Grupo F es una incógnita; mejor que vayan prevenidos.
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