La segunda Copa del Mundo se jugó en la Italia fascista de Mussolini entre el 27 de mayo y el 10 de junio de 1934. Sólo participaron cuatro selecciones no europeas: Argentina, Brasil, Estados Unidos y Egipto, que fue la primera selección africana en el torneo. El campeón fue Italia, que se impuso a Checoslovaquia en la final por 2-1. Como protesta al boicot del torneo anterior, Uruguay se negó a participar y se convirtió en el único equipo campeón que no ha defendido su título.
El Mundial fue utilizado por Benito Mussolini como propaganda fascista, al igual que lo haría AdolfHitler con los Juegos Olímpicos de 1936. Debido a esto hubo muchas presiones para que Italia ganara la copa, sobre todo a los árbitros. Muchos de ellos fueron posteriormente suspendidos en sus países de origen.
La trampa se sufrió expresamente por España, que era una de las favoritas, en cuartos de final. Los españoles habían eliminado a Brasil por 3-1 y jugaron esa ronda ante los anfitriones. El primer partido terminó con empate a un gol. En el encuentro de desempate, los locales superaron a los españoles por 1-0, que fueron perjudicados ostensiblemente por un arbtiraje nefasto que impidió la victoria de España.
Tras el abominable arbitraje, Italia venció 1-0 a Austria en semifinales, mientras Checoslovaquia triunfaba por 3-1 ante Alemania. En la final, éxito casero por 2-1 ante los checoslovacos. El teatro político no merecía más explicaciones. Todo estuvo falseado.






