El fútbol europeo volvió a reinar. Holanda fue la gran atracción del Mundial 74, con un fútbol total, moderno, físico, rápido, repleto de potencia y de eficacia, y basado en la calidad de Cruyff, para revolucionar el balompié. Los triunfos del Ajax se trasladaron a la selección. En la final, sdin mebargo, se sintieron inferiores a la Alemania de Muller, Breitner y el director de todo, Beckenbauer, que dominó con frialdad hasta imponerse en el torneo con un 2-1 en el partido decisivo. Un duelo en el que Cruyff no rindió en la última hora de la verdad.
La FIFA, tal como había hecho en México 1970, volvió a elegir una sede mundialista que heredaba la estructura de los Juegos Olímpicos de Alemania 1972. Una novedad importante relacionada con el campeonato, en el participaron 16 selecciones nacionales, fue la aparición por vez primera de la actual versión del trofeo para el campeón. El diseño de Silvio Gazzaniga, la famosa y anhelada copa de oro macizo que todavía hoy existe.
La décima Copa del Mundo representó el inicio de una nueva era en el planeta fútbol. Y es que, a pesar de que el campeón resultó ser el equipo que representaba al país anfitrión, Alemania Federal, los aficionados tienden a relacionarlo con la selección holandesa. La famosa «Naranja Mecánica» llegó hasta la final jugando un fútbol basado en la capacidad técnica de sus jugadores y en su preferencia por las tácticas atacantes y atractivas para el espectador. Se trataba de un fútbol total, donde todos los jugadores del equipo atacaban y defendían indistintamente y siempre llevando la iniciativa en el juego. En definitiva, un estilo que inició una manera de jugar muy poco practicada hasta entonces.
Fue el Mundial que convirtió al genial Johan Cruyff, capitán y líder del equipo holandés, en uno de los mejores jugadores de la historia. Acompañado de otros soberbios futbolistas como Neeskens, Krol, Haan. Rensenbrink o Rep, dirigidos desde el banquillo por el innovador técnico Rinus Michels, Cruyff maravilló a los espectadores de todo el mundo, convirtiéndose por derecho propio en el sucesor natural del rey Pelé.
Sin embargo, fue el equipo alemán quien acabó llevándose el campeonato al imponerse en una inolvidable final al equipo de los tulipanes. El disciplinado e incansable combinado teutón, comandado por un extraordinario Franz Beckenbauer y formado por jugadores de la talla de Breitner, Gerd Müller, Overath y el portero Sepp Maier, acabó venciendo en la final por dos tantos a uno. El tercer puesto del campeonato fue para Polonia la cual, encabezada por el máximo goleador del torneo (7 dianas), Lato, fue capaz de imponerse al Brasil de Rivelino y Jairzinho en el choque por el tercer y cuarto puesto.
Participaron 16 países: Alemania Federal, Holanda, Polonia, Brasil, Suecia, Alemania Democrática, Yugoslavia, Argentina, Escocia, Italia, Chile, Bulgaria, Uruguay, Australia, Haití y Zaire.
Holanda venció 4-0 a Argentina y 2-0 a Brasil en su grupo, en dos partidos que significaron el cambio de ritmo en el fútbol. Lato, el polaco, fue otra atracción del Mundial.