El Danubio no ha sufrido ningún daño, así lo asegura la Unidad Nacional de Desastres húngara a la agencia Reuters. Los niveles de polución del vertido tóxico de lodo rojo procedente de una planta de aluminio en el oeste de Hungría han declinado. Los niveles de pH recogidos en el río oscilan entre 8 y 8,2, una cantidad que puede ser considerada normal, asegura el portavoz del organismo, Tibor Dobson. «Estos datos nos dan esperanza», ha sentenciado.
Ayer, el dato de pH era 9. Por eso, se pudieron observar peces muertos en la ribera del Raba (afluente del Danubio).
Catástrofe sin fronteras
Hungría ha pedido asistencia internacional urgente a la Unión Europea para combatir los daños causados en la ciudad de Ajka. En concreto, las autoridades húngaras han pedido entre 3 y 5 expertos con experiencia en el tratamiento de fango tóxico, descontaminación y mitigación de los desastres medioambientales.
El Ejecutivo comunitario ha comunicado la demanda a los 31 países que participan en el mecanismo de protección civil y espera respuestas pronto, según ha informado en un comunicado.
Bruselas ha estado en estrecho contacto el Gobierno magiar para reunir información sobre el siniestro y responder en caso de necesidad desde el 4 de octubre.
«Las catástrofess como esta no se detienen en las fronteras nacionales. Europea debe proporcionar la asistencia más eficaz posible. Solicito a todos los Estados miembros que respondan con generosidad», ha manifestado la comisaria responsable, Kristalina Georgieva.