Pensamiento

La humanista que quiere cuidar la jungla urbana

Ana Correa do Lago
Economista

Ana Correa do Lago Vídeo ABC

En la trascendentalérrima investigación sobre políticas públicas urbanas y su relación con el cambio climático, o sea para no ‘torrarnos’, entre otras cosas nada baladíes, aquí llega la historia de Ana Correa do Lago (Río de Janeiro), una economista brasileña cuya trayectoria interdisciplinaria y enfoque en el Green Deal Europeo la han convertido en una especie de salvaguarda intelectual para diseñar los próximos paraísos del asfalto que habitemos (el 56% de la población mundial vive en ciudades, no lo olvidemos).

Completando su doctorado en la Politécnica de Madrid, con una beca apoyada por Marie Curie y la Fundación Tatiana García de Guzmán el Bueno, donde asiste al programa ‘Young Civic Leaders’, un curso para jóvenes que quieren orientar su carrera profesional con vocación social, la carioca es una mujer comprometida con los desafíos medioambientales que enfrentan las ciudades: la necesitaremos, vaya. Otra cosa es que hagamos caso...

“Acompaño muchos proyectos de mi centro de investigación conectados al mundo real, que es algo muy importante para mí el no estar aislada en la biblioteca leyendo textos. Pero a la vez tengo que estar mucho tiempo allí porque el proceso de doctorado es también apropiarse, hacer conexiones de las teorías que lees, de lo que aprendes, de cómo puedes avanzar un cierto campo de estudio”, nos dice en un español más que notable.

Esta risueña rubiales estudió Economía y posee un máster en Estados Unidos en ‘Urban Ecologies’, y su tesis final fue un estudio sobre la sequía en Sao Paulo. “En 20 años me imagino equipada para pensar sobre problemas del cambio climático y cómo las ciudades estarán más preparadas para afrontarlos desde el punto de vista público, privado o del tercer sector. Me veo en posición de reunir a gente de distintos ámbitos para buscar respuestas a estos problemas complejos que seguirán”.

Que seguirán, efectivamente. Y para ello, se forma también en la Fundación Tatiana en una dimensión humanista para mirar desde lo alto la complejidad de los problemas «que no son resueltos por partes, tiene que haber una visión del todo». Y, por ello, cree que en su ámbito habrá demanda de personas con inquietudes y un sistema organizativo que nos suena: «Un poco cómo pensamos con el Covid, fue un aprendizaje: algo que afecta a todo el mundo y que hay que tener respuestas que exigen colaboración».

Y una última idea-fuerza, un aviso a navegantes contra el naufragio, un golpe en la mesa con voz dulce, la de Ana Correa do Lago: «Creo que el futuro digital y los desafíos humanísticos en términos de cambio climático exigirán una capacidad de estar despiertos muy fuerte. Dejarnos llevar por lo de siempre… ya no nos sirve». Repitamos: ya no nos sirve. ¿Sabremos cambiar?

Pensamiento