... Comenzaron las ayudas a partir de que las instituciones se percataron de que esto cubría una necesidad del sector y que el público se interesaba por lo que aquí mostrábamos. Paralelamente a nosotros empezaron a abrir otras salas. Fue la transición del teatro independiente de furgoneta y gira por España a las compañías que se aventuraban a abrir espacios al margen de las salas comerciales.
-P ¿Cuáles son los principales problemas a los que os enfrentáis?
-R Nuestra prioridad es lo artístico y compaginar esto con las necesidades económicas cuando no haces un teatro exclusivamente dedicado a lograr dinero es muy complejo. Los ingresos de taquilla, los de la escuela que tenemos, los de la gira de la compañía, más las ayudas, conforman un todo para este gran proyecto. Ahora mismo somos bastante gente trabajando y hay mucho ajetreo en número de espectadores y alumnos en la escuela. Se han ido sumando personas a algo que es casi es un movimiento en sí mismo. Otro problema deriva de la auto-explotación: trabajamos muchas horas y los sueldos son muy bajos, estamos aquí por vocación, “por amor al arte”. Hay mucha rotación de gente (a medida que las personas van avanzando en su vida les surgen necesidades que el teatro no es capaz de cubrir en exclusiva) .