Los síntomas físicos y psíquicos del síndrome postvacacional son muy variados, aunque éstos son los más frecuentes:
Cansancio, Fatiga, Tristeza, Irritabilidad, Insomnio, Dificultad de concentración,
Ansiedad, Falta de interés, Indiferencia, Desmotivación, Apatía, Nauseas, Astenia, Problemas digestivos, Dolores musculares, Sudoración, Falta de apetito, Cambios de humor
Según los expertos, es habitual que sintamos alguno o varios de estos síntomas durante los primeros días, por lo que no deberemos preocuparnos demasiado. Sin embargo, si éstos persisten más de dos semanas, puede que estemos hablando de otro síndrome, el del “burnt out” (quemado).
Sin embargo, este nuevo síndrome hace referencia a aquellas personas que odian su trabajo, nada que ver, pues, con el síndrome postvacacional, ya que en aquel caso el problema no está en las vacaciones sino en el oficio y, probablemente, ya existía con anterioridad a la época de descanso.