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Internacional. FIN DE UNA ERA: El adiós definitivo de Tony Balir Cuando los
días sean los más largos del año,
el sol se pondrá en cambio en la era Blair, una contradicción
que bien refleja su propia retirada. El más popular
de los primeros ministros británicos se marcha contra
su voluntad, forzado por un partido que nunca había
vitoreado tanto a un líder. Su dimision se producirá probablemente a finales de junio y entonces el Parlamento elegirá al sucesor. Cada vez hay menos lugar para la sorpresa, y el canciller del Tesoro (ministro de Hacienda), Gordon Brown, difícilmente será apeado de su gran sueño de suceder a Tony Blair, algo a lo que aspira desde que en 1994 su indecisión permitió que su entonces buen amigo se le adelantara y tomara el liderazgo del Partido Laborista. >No se ha anunciado ningún calendario y aún el relevo podría adelantarse, no tanto por presiones de Brown, que ya parece haber establecido una tregua con el primer ministro ante la falta de evidencia de que éste quiera promover un candidato alternativo, sino por razones electorales. El 3 de mayo tienen lugar elecciones para los parlamentos de Escocia y Gales y parte de los entes locales de Inglaterra.
Se cuenta con que previamente a esa fecha, Blair
comunicará públicamente su intención de
retirarse poco después de los comicios. El anuncio buscará descargar
a su partido del peso de un legado dañado por la guerra
de Irak y evitarle una severa derrota en las urnas, que arrojaría
plomo sobre las alas de Brown. Sólo una ineficacia de
ese anuncio en las encuestas podría adelantar el relevo,
pero no parece probable que se avance debido al deseo de Blair
de cumplir diez años en Downing Street, algo que ocurrirá el
2 de mayo (no verá cumplida su aspiración de
superar el tiempo de mandato de Margaret Thatcher, de diez
años y siete meses). A la sombra de Blair
La idea de renovación
será una de las claves de las próximas elecciones
generales, que debieran convocarse para 2009 o 2010. Según
los analistas, Brown no podrá ganarlas únicamente
con una buena economía, que está por ver que
se mantenga dado que los ciclos económicos no son eternos,
sino que deberá aportar un suficiente cambio personal
tras el natural cansancio social de un mandato de diez años
de Blair. Su problema es que no es una cara nueva, sino que
ha estado en el Gobierno el mismo tiempo que el «premier» saliente.
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