El ejército frena al islamismo en un Egipto dividido
El 3 de julio de 2013 la historia volvió a cambiar en Egipto tras la revolución que terminó con el régimen de Hosni Mubarak. Ese día el Ejército depuso al primer presidente civil elegido en las urnas en la historia del país, el islamista Mohamed Morsi, después de solo un año de Gobierno y tras cuatro intensas jornadas de multitudinarias manifestaciones de protesta. Desde entonces, el país árabe se encuentra sumido en una ola de inestabilidad de la mano de las múltiples manifestaciones convocadas por los fieles a Mursi, que exigen su vuelta al poder. Este mes de diciembre la Fiscalía egipcia decidió procesar al expresidente por «conspirar con grupos extranjeros» para cometer «atentados terroristas y espiar», además de por «incitar al asesinato de manifestantes». El nuevo año comenzará en Egipto con el referéndum constitucional que tendrá lugar el 14 y 15 de enero, referéndum que el Partido de la Libertad y la Justicia, el brazo político de los Hermanos Musulmanes, ha anunciado que boicoteará. Para ellos se trata de un texto constitucional «inválido en la forma y en el fondo» por ser producto de «un golpe de Estado militar sangriento».
