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Voces en defensa de la MonarquíaABC recopila testimonios de personalidades que respaldan el actual sistema político español y la figura del Rey como jefe de Estado: «Una fuerza de modernización que constituye la salvaguarda de las libertades en España»

«La Monarquía parlamentaria dio estabilidad», por Enrique Delgado e Ivannia Salazar

«La Monarquía parlamentaria dio estabilidad»

por Enrique Delgado e Ivannia Salazar

Historiadores y politólogos internacionales valoran la Transición Española como un ejemplo que se estudia en todo el mundo y en el que la Corona jugó un importante papel.

La perspectiva aporta a las cosas su verdadera dimensión. Así ocurre también con los hechos históricos o, en este caso, con los modelos democráticos. En una época en la que la Monarquía parlamentaria española es foco de las críticas, profesores e historiadores extranjeros conversan con ABC sobre la importancia que tuvo este modelo en el cambio hacia la democracia y también sobre su vigencia. Como exponen, la Monarquía parlamentaria no está reñida con una democracia plena.

«Tenemos una coyuntura favorable a la propaganda republicana», reconoce el historiador e hispanista francés Benoît Pellistrandi al otro lado del teléfono nada más terminar una de sus clases. «Sin embargo, como historiador observando la historia política española a larga plazo, creo que la Monarquía Parlamentaria ha sido ejemplo de estabilidad, dio estabilidad y fue una solución», añade Pellistrandi, que no alcanza el extremo de Charles Powell, el historiador que acuñó esa frase del Rey como «piloto del cambio», pero que sí le reconoce a la Corona, y al Rey Don Juan Carlos como máximo representante de la misma durante la Transición, un papel fundamental para que la democracia llegara a España: «Se habla también a veces del Rey como el motor del cambio. Yo hablaría más bien del carburante o el aceite que permite engrasar todo el proceso».

El propio Powell, que conoce bien las universidades británicas, ya que ha impartido docencia en el Corpus Christi College de Oxford y elaboró su tesis en Oxford, defiende también que la Monarquía parlamentaria que se fraguó durante la Transición sigue siendo un modelo válido actualmente. «Resulta que buena parte de las democracias más avanzadas, consolidadas y exitosas de Europa son monarquías parlamentarias. Si uno ve todos los rankings, como los de freedom house, ahí están los países escandinavos, el Benelux, Reino Unido o España, que está entre las 15 o 20 mejores democracias del mundo», expone Powell, quien desarma de argumentos a aquellos que identifican La Corona con un problema para la democracia en el escenario actual: «Estos ránkings lo ponen en duda».

Vernon Bogdanor, profesor en el Centro de Política y Gobierno británicos del King’s College de Londres y profesor de política en el New College of the Humanities, considera, igualmente, que la restitución de la Monarquía en España el siglo pasado, aunque fue un movimiento poco usual para su contexto histórico, fue un movimiento «sabio». En parte, por la habilidad de la institución: «El Rey pronto demostró que no debía identificarse con ninguno de los bandos, sino que era quien representaba a toda la nación».

«Histórico»

La evolución de los acontecimientos y la consolidación del sistema democrático después de la dictadura de Franco convirtieron, algo en lo que coinciden todos los expertos consultados, al caso español en un ejemplo de estudio y de éxito. Así lo constata Omar G. Encarnación, profesor de Estudios Políticos en el Bard College de Nueva York, quien confirma que este proceso se estudia por dos razones: es histórico y tuvo éxito: «España, junto con Portugal y Grecia, fue uno de los países que inauguró la ola de democratización que tuvo lugar a finales del siglo XX (…), pero más importante que el aspecto histórico es el éxito de la Transición Española».

Encarnación también respalda, como Powell, la tesis de que La Corona no es un factor excluyente para la democracia, pese a que históricamente se hayan podido vincular ambos conceptos. «Desde una perspectiva histórica, la Monarquía es un símbolo del absolutismo», reseña el profesor, que acto seguido matiza centrándose en el caso de España: «La Monarquía no es incompatible con la democracia, un punto comprobado por la experiencia española de los últimos cuarenta años».

El profesor del Bard College, en esta línea, ahonda en que, según su criterio, la democracia podría haber llegado a España sin el papel del Rey, algo que no significa «que la Monarquía no fuera un elemento positivo» para la Transición. «Dio legitimidad a las acciones de los políticos y también sirvió para asegurar al pueblo que el proceso de transición tenía a la democracia como su destino final», manifiesta el experto.

En las aulas

Al margen de figurar en el temario de los estudios especializados de política, la Transición Española, como apunta el profesor Pellistrandi, también va a tener un hueco en los institutos del país vecino. «Va a llegar», confirma el hispanista, quien también confirma que el proceso que desembocó en el sistema de Monarquía parlamentaria actual también se ha observado con atención e incluso intentado replicar en otros países que afrontaron el camino hacia la democracia. «Tengo el recuerdo de haber hablado hace años con el exprimer ministro de Polonia, Mazowiecki, y haberle preguntado por la valoración que hacía de la Transición y me respondió que la veía como un modelo».

No obstante, como puntualiza el hispanista francés, el resultado podría haber sido distinto en caso de que el Rey no hubiera encontrado una clase política como la que en aquel momento impulsó el cambio. «Una cosa importante es la calidad de la clase política que ha rodeado al rey. Cuando Don Felipe asumió la Corona, unos periodistas franceses le preguntaron por cómo sería su reinado y contestó que dependería mucho de la clase política. Si tiene una clase política a la altura, eso favorece calidad del reinado. Don Juan Carlos tuvo suerte en la Transición, ahora no sé si se puede decir lo mismo», concluye el experto.