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BALONCESTO

Compitió hasta el límite y hasta donde le permitieron (86-77)

LEB ORO

El Betis Baloncesto dio la cara en Magariños ante el Estudiantes en un partido igualadísimo que se rompió en el último cuarto, cuando una serie de controvertidas decisiones arbitrales desequilibraron la balanza

Dos oportunidades en Madrid para dar un susto

El salto inicial del partido entre el Movistar Estudiantes y el Betis Baloncesto RBB
Sergio A. Ávila

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En la apertura de la serie del play off de ascenso a la ACB entre el Estudiantes y el Betis Baloncesto, todo tuvo un aroma muy ochentero. No se sabe si sonó en el hilo musical 'Años 80', de Los Piratas (ya, es de 2001), pero le habría venido como anillo al dedo a la velada. Un pabellón pequeño convertido en caldera, un público enfervorecido muy cerca de los jugadores generando una atmósfera asfixiante para el equipo visitante, un inicio impetuoso del anfitrión, un invitado rebelde que se resiste a caer compitiendo con mucho orgullo y un final de partido muy condicionado por las decisiones arbitrales. Todas cayeron en contra de los intereses del Betis poquito después de que los verdiblancos se pusieran, tras mucho remar, por delante. En un duelo bravo y de tremenda carga física, muy emocional, a Betis le eliminaron a dos jugadores (ninguno al Estudiantes) y lo castigaron con 30 faltas, por las 19 de los colegiales, que fueron al tiro libre hasta en 36 ocasiones por las 17 visitas al 4,60 de los verdiblancos. El Betis, más allá de la frustración que le generaron los últimos minutos, tan condicionados, debe quedarse con la lectura positiva aunque ahora tenga la sensación de que se le escapó una gran oportunidad para dar un zarpazo en Magariños. Porque después de un flojísimo primer cuarto, se repuso y compitió de lo lindo, llevando al límite a un fortísimo rival que por momentos se sintió muy cerquita de derrapar en casa, con todo a favor.

El Estudiantes, de salida, recitó palabra a palabra el guion previsible de un primer asalto del play off con el factor cancha a favor. Toda la energía que el pequeño Magariños le transmitía y absorbía se tradujo en una puesta en escena furiosa, vibrante, hasta volcánica, a toda pastilla. Sin contemplaciones ni ganas de especular. La lava colegial arrasó al Betis, congelado en el cuarto de apertura, desnaturalizado, varios puntos por debajo de su encopetado rival en intensidad. El partido y las particularidades del escenario, pequeño pero lleno y con el público muy encima y desatando los decibelios, le pasaron por encima hasta que, con el 14-5, Savignani lo paró. Ese tiempo muerto no cambió el paso. Un triple que no tocó el aro de Polanco y una falta de tres tiros de Joaquín Rodríguez elevó la ventaja colegial hasta el 17-5. Y sólo se había consumido la mitad del cuarto.

El Betis se sentía atropellado, sin feeling con la canasta rival, incómodo y superado por el ambiente y la hiperactividad de su rival. DeBisschop hasta erró una canasta bajo aro tras rebote ofensivo. Negado el equipo, perdido, tocaba resistir sin derretirse en la hoguera del Magariños, que apretaba y rugía (19-5). Savignani agitaba a su equipo con la dificultad añadida de contar con una rotación menos por culpa de la lesión miotendinosa de grados dos en el gemelo derecho de Kuksiks, de la que informó el club minutos antes del encuentro. Estaba en la cancha el letón, pero con muletas, y será baja para varias semanas. Hanzlik zanjaba la sequía y el Betis se refugiaba en una zona, pero el serial de canastas falladas bajo aro lo penalizaba. Y mucho. Le impedía correr, apenas caminaba a tientas. Y el partido, más que un baile lento, exigía rock&roll. Frenesí. Ferrando ponía la máxima vía triple y, para colmo, el Estudiantes castigaba en la transición.

Al término del primer segmento, el marcador era desolador (26-9). El Betis promediaba un pírrico 20% en el tiro y había marrado sus cinco intentos triples. Estaba seco. Joaquín Rodríguez se puso entonces la capa de supermán. Era el momento. Sumó siete puntos seguidos (26-14) a la carrera, cortando la zona y triplicando las bandejas. Faggiano le siguió el rollo (27-19) con el primer triple verdiblanco y así le bajó los humos el Betis al Estudiantes, ya sin la fluidez del primer cuarto. Polanco anotaba al fin tras conexión con Joaquín y el uruguayo, con un pase sin mirar, alimentaba también a Berzins (29-27).

Los pívots, con problemas de faltas

Definitivamente, el Betis había llegado a Magariños y bajado el suflé estudiantil. Parcial de 3-19 en tres minutos y medio. DeBisschop ya estaba con tres faltas y Berzins no tardaría en hacerla. Un problemón doble. El Betis era un funambulista, pero resistía y hasta se echaba encima de su rival con la defensa carburando, muy activa en las recuperaciones (34-33). Con los dos pívots en el banco, Savignani se sacó otro as de la manga: Almazán y Dedovic por dentro. Componendas obligadas. Y el Betis, que tiene mil vidas, no aflojaba (39-38) al tiempo que se frustraba con el arbitraje, puntilloso al extremo: 27 faltas pitadas al ecuador, 15 a favor de los locales. Hanzlik, en un tiro abierto, pudo empatar, pero Dee ponía el 46-40 al intermedio. Que no parecía mal resultando considerando dos variables: el 26-9 del arranque y el 1/9 en triples de los verdiblancos. Joaquín necesitaba un socio. Era el único jugador de Betis, con once puntos, en dobles figuras de anotación.

Las defensas subieron muchos grados su temperatura en el descorche del segundo acto. Los aros se empequeñecieron y bajó el flujo anotador. El nivel físico se imponía y cada canasta se lograba con fórceps. Bajo los dos aros, una batalla sin miramientos hasta la cota de permisividad que permitía el arbitraje. No se achicaba el Betis, todo lo contrario. Consumidos tres minutos, ambos sólo habían anotado desde el tiro libre... hasta que Joaquín clavó el segundo triple del Betis. Polanco igualaba (49-49), pero entre Francis Alonso y Wintering reactivaron al Estudiantes (55-49). El Betis defendía en zona y Joaquín ampliaba su repertorio, pero seguía como única fuente de alimentación (59-54). Casi todos los puntos llevaban la firma del uruguayo, que lo hacía todo. Su estadística marcaba 24 puntos al término del tercer segmento. El partido se adentraba en el ignoto terreno de los pequeños detalles. Berzins se cargaba con la cuarta personal y el duelo, a falta de un cuarto, estaba en un pañuelo (63-59). Otro parcial para los de Savignani (17-19).

LEB Oro

Ficha técnica

  • Movistar Estudiantes (26+20+17+23): Wintering (16), Leimanis (9), Sola (10), Murphy (2), Larsen (17) -quinteto inicial-; Dee (13), Nzosa (-), Guillem Ferrando (3), Francis Alonso (5), Caffaro (10), Rakocevic (-), Carlos Suárez (1).

  • Real Betis Baloncesto (9+31+19+18): Faggiano (7), Polanco (18), Joaquín Rodríguez (28), Almazán (6), DeBisschop (2) -quinteto inicial-; Pablo Marín (-), Hanzlik (4), Domènech (-), Dedovic (5), Berzins (7), Fevry (-).

  • Árbitros e incidencias: García León, Albacete Chamón, Esteve Malmierca. Eliminados Joaquín Rodríguez y Berzins, por cinco personales. Primer partido del play off de la LEB Oro disputado en el Movistar Academy Magariños.

Los árbitros, protagonistas

Polanco pulsó entonces el botón del triple (63-62) y Larsen se aprovechaba de la defensa con la mirada, pero obligada, de Berzins, al borde de la eliminación. Otra diana del caribeño acercaba al Betis (67-65), presente en el espejo retrovisor estudiantil hasta que Dedovic asestó el tercer triple visitante del último cuarto para poner por primera vez por delante al Betis (67-68). Quedaba una eternidad de seis minutos. Sola y Wintering acudieron entonces al rescate de su equipo, pero entonces ya Polanco estaba enardecido (73-73). Berzins fue eliminado a 3.50 del final y el partido era un derroche abrumado de intensidad y energía. Alto voltaje.

Con 75-73, a Polanco le pitaron una antideportiva que no era y sacó de quicio a Savignani porque, además, el objeto de la falta (Larsen) se fue al banco dolorido y lo suplió Dee, haciendo pleno desde el 4,60 (77-73). Ipso facto... a Faggiano lo castigaron con una técnica por protestar airadamente (lo tuvieron que sujetar los compañeros) una falta sobre Wintering, que dio la impresión de caerse solo (80-73). En un par de acciones polémicas, muy dañinas, el partido se le escapaba al Betis, a ocho con el triplista Johnny Dee ejerciendo el rol de verdugo (83-75). Al Betis no le pitaban una sola falta a favor y acabó muy quemado, herido, con Joaquín castigado con otra antideportiva más. No tuvo recompensa el esfuerzo hercúleo del equipo, que en menos de 48 afronta el segundo asalto. El domingo (12.00), segundo capítulo en el WiZink Center.

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