Teoría de la conspiraciónUn gran «fake» de aquí a la Luna
Los bulos que niegan la llegada del hombre a nuestro satélite natural, desmontados a la luz de la razón
La señora Custodia, natural de Pontevedra, murió con el cambio de siglo a los 104 años convencida de que el hombre no había llegado a la Luna. Patrañas a ella. No se lo creyó cuando le fueron con la noticia hace 50 años y no cambió de opinión hasta la tumba. Muchos de sus coetáneos también se mostraron reacios a aceptar que una nave tripulada había llegado hasta ahí arriba. Se les excusa. Al fin y al cabo vivían los comienzos de la era espacial y la idea resultaba apabullante. Sin embargo, es hoy en día cuando el escepticismo goza de una popularidad sin precedentes. Hijos y nietos de la generación del programa Apolo siguen abrazando una de las mayores y más tempranas teorías conspirativas de la Historia.
A finales de siglo, una encuesta de Gallup descubría que el 6% de la población en EE.UU. se negaba a creerse la conquista lunar (un porcentaje ligeramente superior a cuando la nave se posó en el Mar de la Tranquilidad). Encuestas realizadas en la última década revelan que más de la mitad de los rusos son incrédulos. Lo mismo que una cuarta parte de los británicos o el 9% de los franceses.
Vídeo: desmontando la teoría de la conspiración
Miles de sitios de internet están dedicados a «probar» que la llegada a la Luna nunca ocurrió. Y eso a pesar de que los orbitadores lunares han fotografiado los módulos abandonados y las huellas en la superficie del satélite natural o que los reflectores láser que dejaron sigan allí. Según los negacionistas, el primer alunizaje –y en consecuencia los otros cinco hasta 1972– fue un fraude perpetrado por la NASA y el gobierno estadounidense, un burdo montaje rodado con una nave de cartón piedra en un plató de televisión para no quedarse atrás en la carrera espacial y evitar ser humillados por los soviéticos. En los programas Apolo estuvieron involucradas más de 400.000 personas. ¿Todas y cada una de ellas guardaron el secreto? Delirante.
Casi todas las teorías de la conspiración se centran en supuestas anomalías en fotos y vídeos granulosos difundidos por la NASA. Estos son algunos de sus argumentos, imposibles de sostener a la luz de la razón:
¿Por qué creemos en conspiraciones?
El físico Eugenio Fernández Aguilar, autor del libro «La conspiración lunar, ¡vaya timo!» (Editorial Laetoli), cree que hay dos tipos de negacionistas: «Los que buscan distinguirse para sacar provecho mediático o económico, y aquellos que o bien no tienen cultura o bien son afines a todo tipo de ideas extrañas en contra de la norma porque así se sienten un paso por delante de gobiernos e instituciones».