CULTURAL MADRID 12-03-2005 página 2
- EdiciónCULTURAL, MADRID
- Página2
- Fecha de publicación12/03/2005
- ID0005538904
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Cultural Sumario A la intemperie Libros La literatura del 11- M Álvaro Valverde Javier Cercas Raymond Aron Álvaro Delgado- Gal 4 7 8 16 21 Las marcas del terrorismo J. J. ARMAS MARCELO Teatro José María Rodríguez Méndez 24 C Arte El imperio azteca, en el Guggenheim Teresa Hak Kyung Cha Entrevista a Isaac Montoya CXXV aniversario del Círculo de BB. AA. Dionysiac 25 29 31 33 35 Música Entrevista a Teresa Berganza Semana de Música Religiosa de Cuenca Ramón Carnicer, una ópera Japón en concierto 37 39 40 41 Cine Ingmar Bergman 42 En portada Cultural 4 Libros Javier Cercas, Álvaro Delgado- Gal, Sebald, Álvaro Valverde Centenario de Raymond Aron 25 Arte El imperio azteca toma las salas del Guggenheim de Bilbao I. Montoya, T. K Yung Cha, V. Mira MADRID NÚMERO 684 12 DE MARZO DE 2005 37 Música Semana religiosa de Cuenca. Monográfico Anton Webern Entrevista a Teresa Berganza Los libros del 11- M De víctimas, héroes y villanos Fotografía del proyecto Siete jornadas a pie... (2004) de Hamish Fulton (Londres, 1946) realizado para la Fundación César Manrique, de Lanzarote PRESIDENTE DE HONOR: Guillermo Luca de Tena. PRESIDENTA- EDITORA: Catalina Luca de Tena. CONSEJERO DELEGADO: Santiago Alonso Paniagua. DIRECTOR: Ignacio Camacho. DIRECTOR DE BLANCO Y NEGRO CULTURAL: Fernando R. Lafuente. CONSEJO ASESOR: Santiago Castelo, Valentí Puig, Ignacio Sánchez Cámara. JEFES DE REDACCION: Miguel Ángel Flores, Juan Ignacio García Garzón. Diario ABC, S. L. D- L: M 41828 9.1. E- mail: abc. cultural abc. es. www. abc. es cultural IERTOS textos cional, su guerra sanliterarios de ta, su liberación. Desmayor o menor relede las épocas sin vancia, en sus muy tiempo, el caníbal diferentes géneros, grita su odio animal, han presentado y prebusca el aplauso de la sentan las marcas del tribu y nos obliga a terrorismo más crique veamos en su criminal como si formamen la lírica idealisran parte de la épica ta de un espíritu reliuniversal donde se gioso, patriótico, profragua el prestigio gresista y libertario. mítico del héroe. El Que lo reconozcamos terrorista aparece en así, bajo la presión el poema celestial codel pavor, enriquece mo un soñador ideasu bolsa criminal. A lista, y hasta bucóliveces, incluso consico, que es capaz de sague trasladar a la socrificar la propia ciedad estupefacta la vida por su objetivo responsabilidad de supremo. Pero, miensus crímenes, en un tras tanto, mata insíndrome psiquiátridiscriminadamente co digno de mejores con una frialdad tan estudios literarios. A Homenaje a las víctimas del 11- M en Atocha irracional como imveces vulgares asesiponente, en nombre de una supuesta libertad nos entran como héroes en la leyenda mitolópatriótica, racista, económica o religiosa, utigica y sus iconografías son paseadas en procelizada cualquiera de ellas como criminal subsión sacral por las calles y plazas de sus villas, terfugio. Celebran su fiesta con un reguero de a hombros de gentes primarias cuyo único muerte repetitiva, que es la funesta y esencial culto y pensamiento es la superstición de la marca del terrorismo. Para muchos la escritumuerte. A veces, ensayistas, novelistas, poera literaria lo soporta todo es cuestión de cintas, dramaturgos, cineastas, actores y músitura, estómago y digestión pero el triunfo y cos entran al trapo, abandonan la racionalila gloria del terrorismo residen en instalar dad, su sentido ético y su discurso estético, y por tiempo indefinido en el alma de la socielos ponen al servicio del crimen concediendo dad a la que esclavizan el pavor que los héroes al mito de mentira la categoría sustancial de y las heroínas consideran necesarios para sus la verdad. Pero un escritor está perdido si olobjetivos. También a través de los libros, el civida que su escritura literaria deviene, entre ne y los pífanos musicales. Así, la perversión otras cosas principales, en discurso moral. A infernal del terrorismo señala que la policía, veces, la mitad de la sociedad, pusilánime, solos investigadores, los jueces y todo el aparato metida, temblorosamente secuestrada, reza y de seguridad del Estado son sus principales ruega a los envalentonados jefes de los caníbaenemigos y la gran maldad. El resto, los ciules malditos que no la marque con su seña dadanos comunes que una mañana se sienten mortal, que no la destine al sacrificio inmitan libres como otra cualquiera, toman un nente. Es la peor de las claudicaciones, ampatren como todos los días para acercarse a su rada en esa suerte de canallesca paradoja que, trabajo y saltan por los aires rompiendo sus impávida, todavía sostiene que el miedo es litransparencias cotidianas, no importan gran bre. Pero una sociedad desmovilizada moralcosa: son presas fáciles, corderos para el canímente es una tribu inerme que estará siempre bal, muñecos de trapo a los que se somete sin en manos del miedo, a dos pasos de asumir el escrúpulos al ritual del terror y la muerte. pavor, a medio metro de la muerte. Y a merMientras más corderos, mientras más muñeced del terrorismo, si no recuerda en su cos por el aire, más gloria para los héroes de conciencia ética más sólida que ninguno de la película, más odisea en el relato escrito, en sus ciudadanos es impunemente libre. Que el poema que enaltece su astucia y osadía, en aunque los asesinos vengan por otros, han vela interpretación que canta su epopeya nanido y vendrán también por todos nosotros. v Jaime García 2 Blanco y Negro Cultural 12- 3- 2005


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