ABC SEVILLA 03-04-2004 página 3

ABC SÁBADO 3 4 2004 La Tercera ABC DE SEVILLA. F UNDADO EN 1929 POR DON J UAN IGNACIO L UCA DE TENA SIETE NUEVAS BANDERAS EN EL CUARTEL GENERAL DE LA OTAN E STA semana ha sido testigo del mayor incremento de todos los tiempos en el número de miembros de la OTAN, al haberse incorporado a los actuales 19 Aliados siete nuevos miembros: Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia. Es un gran paso hacia un viejo objetivo de la OTAN: una Europa libre, unida en la democracia y los valores comunes, y más segura gracias a un fuerte vínculo trasatlántico. Las siete nuevas banderas en el Cuartel General de la OTAN son una reivindicación para todas aquellas personas de nuestros nuevos países miembros que siempre han considerado que el futuro de su nación estaba en la Alianza. Es la culminación del duro trabajo de todos aquellos que han participado para conseguir que se haga realidad esta visión. Y refleja el enorme progreso realizado por estos siete nuevos miembros en sólo unos pocos años, a la hora de poner en práctica reformas de largo alcance, políticas, militares y de otros tipos y satisfacer los desafiantes requisitos de la OTAN. La OTAN de hoy es bastante diferente de la Alianza para la que nuestros nuevos miembros comenzaron a preparar su incorporación a principios de la década de los noventa. Es una Alianza que ha llevado paz y seguridad a los Balcanes, y que se está preparando para traspasar muchas de sus responsabilidades en esa región a la Unión Europea. Una Alianza decidida a enfrentarse a los nuevos desafíos a la seguridad que definen este siglo: la amenaza del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva. Una Alianza preparada para enviar sus fuerzas donde sea necesario para defenderse de estas amenazas, y que actualmente está activa en un lugar tan lejano como Afganistán. Y una Alianza cuyos miembros están firmemente comprometidos a desarrollar el potencial militar moderno necesario para emprender dichas operaciones. Lo que no ha cambiado es que la OTAN sigue siendo el puente fundamental sobre el Atlántico, y que todos los miembros de la Alianza mantienen el compromiso de defensa colectiva. Sabemos que nuestros nuevos miembros respaldan completamente esta transformación de la OTAN, así como las funciones originales de la Alianza, y que están deseosos de desempeñar su papel. Su calidad de miembros les confiere influencia directa sobre la futura trayectoria de la Alianza, y un asiento en la mesa en la que se toman decisiones clave para configurar la seguridad Euroatlántica. Les otorga un papel en la planificación y manejo de las operaciones militares de gran importancia. Y les da la garantía definitiva de seguridad del Artículo 5 del tratado de fundación de la OTAN. Pero estos privilegios conllevan también serias responsabilidades. Los siete nuevos Los siete nuevos miembros deben respaldar y promover las normas y principios políticos que hacen de la OTAN un símbolo auténtico de cooperación, democracia y relaciones pacíficas. Deben desempeñar un papel constructivo dentro del Consejo de la OTAN y contribuir a que la Alianza llegue a un consenso. Y deben tomar parte en el esfuerzo continuo para modernizar el potencial militar de la Alianza miembros deben respaldar y promover las normas y principios políticos que hacen de la OTAN un símbolo auténtico de cooperación, democracia y relaciones pacíficas. Deben desempeñar un papel constructivo dentro del Consejo de la OTAN y contribuir a que la Alianza llegue a un consenso. Y deben ser capaces de hacer una aportación militar real y significativa, lo que significa que deben se- guir con sus reformas en la defensa y tomar parte en el esfuerzo continuo para modernizar el potencial militar de la Alianza. Los 19 Aliados actuales de la OTAN están convencidos de que los siete nuevos miembros son capaces de hacer frente a estas responsabilidades, y yo comparto esa convicción porque, durante muchos años, estos siete países han actuado como si ya fueran miembros de la OTAN, cooperando con la Alianza para acometer reformas apremiantes en su país; consultando con los Aliados sobre desafíos críticos a nuestra seguridad común, dentro y fuera del área Euroatlántica; y destacando soldados para trabajar hombro con hombro con las fuerzas de la OTAN en los Balcanes y Afganistán. Esto supone un poderoso historial de compromiso práctico y político. Un compromiso que merece ahora su justa recompensa y que guarda buenos presagios para el futuro. También soy optimista con respecto al futuro por otra razón. Hace cinco años, el ingreso en la OTAN de Hungría, Polonia y la República Checa estableció un ejemplo poderoso. Inspiró a países de toda Europa para acelerar sus reformas políticas, económicas y militares, y para establecer buenas relaciones con sus vecinos. Creo que la entrada de siete de estos países en la OTAN supondrá ahora un incentivo igualmente fuerte. Animará a otras naciones a redoblar sus esfuerzos de reforma, a hacer mejor uso de sus relaciones de socios con la OTAN y, si están interesados en incorporarse a la Alianza, a explotar intensivamente las oportunidades a su alcance en nuestro Plan de Acción para la Afiliación. Una OTAN más grande, comprometida a mantener abiertas sus puertas, no puede sino incrementar este impulso de cooperación. Al hacerlo así, la Alianza reforzará la seguridad de toda Europa, Rusia incluida. Rusia desconfió durante mucho tiempo de la ampliación de la OTAN, pero ha visto que su seguridad se veía incrementada, en vez de reducida, con la incorporación de Hungría, Polonia y la República Checa. Lo mismo sucederá ahora con la inclusión de siete países que, al igual que los otros 19 aliados, están firmemente comprometidos con la idea de una sólida asociación de la OTAN con una Rusia democrática. Por medio de su fuerte vinculación política y práctica, los siete nuevos miembros de la OTAN han dejado claro desde hace tiempo que son proveedores de seguridad en lugar de meros consumidores. En un momento como éste en el que somos convocados para defender nuestra seguridad común de formas nuevas y en lugares nuevos, suponen una muy grata aportación al equipo de la OTAN. JAAP DE HOOP SCHEFFER Secretario General de la OTAN