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ABC MADRID 27-03-2004 página 3
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ABC MADRID 27-03-2004 página 3

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ABC SÁBADO 27 3 2004 La Tercera NUESTRO NOMBRE ES DEMOCRACIA OY más que nunca, transcurridos unos días desde los execrables atentados terroristas perpetrados en Madrid, nuestro nombre, el nombre de España, y el de todos y cada uno de sus atribulados, pero asimismo orgullosos ciudadanos, es el de democracia. En este momento nos vienen a la cabeza las apasionadas palabras con que Tucídides cantaba la famosa Oración Fúnebre de Pericles: Nuestra Constitución se llama democracia porque el poder no está en manos de una minoría, sino en todo el pueblo Por más que ciertas conductas, no hay duda, hayan ido más allá de las reglas de la correttezza costituzionale, y la explicación del sentido del voto haya estado muy predeterminado por una situación de anómala emotividad. Si la finalidad del legendario discurso del estadista griego era entonces levantar el ánimo ateniense, con ocasión de los soldados caídos en el primer año de la gran guerra contra Esparta, en la actual España constitucional, nuestra voz no sólo debe servir de homenaje a las víctimas inocentes de tan brutal ignominia, y al más caluroso respaldo y condolencia a sus familiares, sino también para reiterar la convicción, tras la ejemplar muestra de ciudadanía del pueblo español, de la indiscutible supremacía, tanto moral como social, de su forma de organización de la res publica: la democracia. ¡Vox populi, vox sanctae! Unas elecciones, las del catorce de marzo, el pridie idus martii, que confirman, una vez más, y ya van nueve ocasiones desde los primigenios comicios de 15 de junio de 1977, la madurez política de nuestra Nación y de un sistema de gobierno que se hilvana, ciudadano a ciudadano, sobre el parecer de la mayoría, pero con el necesario respeto simultáneo a las minorías. Unas elecciones, abrumadoramente participadas, que son la mejor constatación del respaldo unánime a nuestro legitimado modelo de convivencia codecidida desde nuestro Pacto constituyente de 1978. Nación española y Democracia se exteriorizan, pues, como términos de entidad y expresión indefectiblemente vinculados. Una Nación, como apunta el mismo Preámbulo de nuestra Constitución, que desea establecer una sociedad democrática avanzada y que, frente a la barbarie de los violentos, colabora en el fortalecimiento de las relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra Nos estamos refiriendo a la venturosa consolidación de nuestro régimen constitucional, una forma de relacionarnos que nos afecta esencialmente como individuos y que preside el perfil de la propia condición humana en los Estados democráticos de Derecho. Una manera de regir los destinos públicos, que transforma la decisión singular de implicación en un colectivo acto de responsable ciudadanía. ¡Nosotros no estamos dispuestos a ser encadenados por las abyectas esposas del horror totalitario! ¡Nosotros somos los desafiantes H El tiempo situará al saliente presidente del Gobierno, como ya ha sucedido antes, en las mejores páginas de la más reciente historia de España sujetos de la mejor de las Españas posible, nacida y desarrollada a la luz, nunca mejor dicho, del ejercicio de la libertad civil! ¡Nosotros, el pueblo español, como en la Oración Fúnebre de Tucídides, somos los únicos y exclusivos titulares de la soberanía, y sobre ella, entre todos, tejemos nuestra vida en sociedad y erigimos paralelamente el existir y el funcionamiento diario de nuestras legítimas instituciones! ¡Frente al sórdido vacío y el horror del cegado terrorismo oponemos la más excelsa y limpia de las miradas de la condición humana! Por ello, los españoles nos negamos a aparecer como los sujetos pasivos- ¡estamos vivos! -de la Capitale de la douleur que cantaba Paul Éluard. El propio Rey, en su mensaje del mismo once de marzo, lo recalcó espléndidamente: Que no haya duda: el terrorismo nunca conseguirá sus objetivos: no conseguirá doblegar nuestra fe en la democracia Los españoles estamos convencidos de la necesidad de preservar e impulsar, con la acción decidida de todo el colectivo nacional, la vida cívica, por lo demás tan difícilmente alcanzada. De la pertinencia de suscribir y amparar la dignidad moral de la democracia constitucional. Una democracia que nos auxilia además hoy a despertar del lógico anonadamiento provocado por el degradado desafío terrorista. Un sistema político, el de la democracia, es cierto, sometido a la servidumbre INVERSIONISTA MAGNÍFICA OPORTUNIDAD VENTA DE NEGOCIO Empresa en pleno funcionamiento ÁMBITO NACIONAL del segmento de ROPA DEL HOGAR ESPECIALIZADA en artículos CON GRAN DEMANDA en España MARCA PROPIA, con reconocimiento a NIVEL INTERNACIONAL, (conocida como franquiciadora) Interesados diríjanse al e- mail: de la libertad, éste es su condicionante, pero también su grandeza. Una forma de coexistir en libertad que, al engrandecer la ciudad, nos enaltece como ciudadanos. Hoy aspiramos a construir, como en su momento la ciudad de Atenas, nuestra escuela de la Hélade Una escuela democrática donde, como en los tiempos de la época dorada de la capital ateniense, la ley es igual para todos (isonomia) y la participación política es idéntica en los asuntos públicos (isegoria) y en el poder político (isocratia) No es el cometido de estas reflexiones entrar a analizar las razones del vuelco electoral acontecido: sí la dimensión del atentado sufrido; sí los estertores de la Guerra de Iraq; sí el miedo ciudadano a asumir otra forma de terrorismo; sí la manera de gestionar la crisis producida, etc. Sean cuales quiera las causas, ya llegará el momento de escudriñarlas con detenimiento, parece haber en ello algo consustancial a la misma forma de ordenación democrática; un modelo de convivencia en el que, como señalaba el mismísimo Winston Churchill, nos aguardan sorpresas todos los días, donde un minuto de tiempo es una eternidad, y donde nada está ganado de antemano. El propio Chuchill tuvo ocasión de constatarlo directamente, y del modo seguramente más injusto, cuando, tras dirigir con extraordinario coraje la resistencia de su pueblo y de los Estados libres, perdería, finalizada la Guerra, las elecciones del mes de julio de 1945. Sorprendentemente, y tras impeler la victoria en Europa, era derrotado por un amplio resultado en Gran Bretaña. Pero su testamento político, todavía hoy, es una referencia, por su clarividencia y generosidad: La decisión del pueblo británico ha quedado patente en los votos... Inmensas responsabilidades en el extranjero y en la Nación recaen sobre el nuevo Gobierno, y todos debemos esperar que sepan cargar con ellas. Sólo me queda expresar al pueblo británico por el que he actuado en estos años llenos de peligros, mi profunda gratitud por el firme e inquebrantable apoyo que me han dado durante mi tarea, y por las muchas expresiones de bondad que ha mostrado La España que vivimos afronta, lo sabemos bien, significativos retos: la defensa de la cohesión nacional y del marco constitucional, nuestro protagonismo en política internacional, la consolidación del desarrollo económico y, por supuesto, el mantenimiento de la lucha contra el terrorismo. En ello estamos todos apremiados, como ciudadanos, a respaldar al nuevo Ejecutivo nacido de las urnas. Y mientras, estoy convencido, el tiempo situará al saliente presidente del Gobierno, como ya ha sucedido antes, en las mejores páginas de la más reciente historia de España. dunasprada hotmail. com Ref. 2212 o al teléfono; 629 56 07 19 PEDRO GONZÁLEZ- TREVIJANO Rector de la Universidad Rey Juan Carlos

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