Unidades especiales vs talibanes: la olvidada incursión nocturna más letal de EE.UU. en Afganistán
El 19 de octubre de 2001, Estados Unidos dio uno de los primeros golpes de mano de la guerra con los Rangers del 75º Regimiento

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Han pasado veinte años, pero parece que fue hace un par de telediarios cuando Estados Unidos inició la invasión de Afganistán para acabar con los grupos fundamentalistas. Las primeras movilizaciones comenzaron el 7 de octubre de 2001 y, ya desde un primer momento, la Casa Blanca tuvo claro que debía entrar en la guerra con una demostración de fuerza que sacudiera la cúpula enemiga. Los objetivos iniciales eran dos: asegurar una base aérea que permitiera el despliegue de tropas desde el corazón del país y decapitar, en la medida de lo posible, a los grupos talibanes locales. Ambos se cumplieron el 19 de ese mismo mes con las operaciones ‘Rhino’ y ‘Gecko’.
En los siguientes días, ambas coparon las páginas de los medios de comunicación.
Entre ellas, las del mismo ABC, donde el corresponsal en Washington, Pedro Rodríguez, informó de forma pormenorizada del golpe que habían dado los soldados norteamericanos mejor entrenados a los talibanes: «En la peculiar guerra anti-terrorista librada por el Pentágono –con esporádicos combates cuerpo a cuerpo y sin una progresión lineal– fuerzas de operaciones especiales norteamericanas han realizado durante la noche del viernes al sábado una doble incursión en Afganistán». El periodista se refería a los Rangers del 75º Regimiento y a las mitificadas Delta Force. Una y otra, entre las unidades más letales del Ejército de los Estados Unidos de América.
'Rhino'
La ‘Operación Rhino’ comenzó el 19 de octubre, tan solo unas semanas después de los ataques del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas. Sus protagonistas fueron dos compañías del 75º Regimiento Ranger. Unos soldados que, según Rodríguez, atesoraban mucha tradición guerrera a sus espaldas: «Su historia contemporánea como unidad arrancó en la Segunda Guerra Mundial. El 6 de junio de 1944, estas orgullosas tropas de choque recibieron su bautismo de fuego en una de las gestas más heroicas del Desembarco de Normandía». Se refería a la escalada de un desfiladero de 30 metros con la única ayuda de cuerdas para acabar con varias piezas de artillería germana.
Nada tenía que ver su primera misión en Afganistán con aquella de la Segunda Guerra Mundial. En este caso, los Ranger debían lanzarse en paracaídas en las inmediaciones de Kandahar –al sudoeste del país– y conquistar un aeródromo determinante para las fuerzas enemigas. Una vez tomada la posición, tenían que destruir a las fuerzas de Al Qaida ubicadas en las cercanías y establecer un punto de reabastecimiento para sus propios aviones. Como les sucedió a sus compañeros de ‘Gecko’, recibieron órdenes de hacerse con cualquier documento de inteligencia que pudiera ser utilizado en un futuro. Desde mapas, hasta propaganda insurgente.
+ infoSabían que no iba a ser fácil, como bien dejó claro el corresponsal de ABC al definir la ciudad como «uno de los puntos fuertes del régimen Talibán». Sin embargo, aquel era su primer salto de combate desde la invasión de Panamá en 1989 y no estaban dispuestos a fallar. Al fin y al cabo, la historia les esperaba. Los soldados subieron a los transportes cuando cayó el sol. Poco después, un enjambre de aeroplanos despegó para acompañarles desde el portaaviones ‘Kitty Hawk’. «La incursión nocturna contó con la ayuda de helicópteros y aviones de transporte de la gama C-130», explicaba el reportero. Tal y como publicó ABC, participaron en total unos doscientos soldados.
La ‘Operación Rhino’ fue precedida de un bombardeo previo que allanó, todavía más, el camino a los Ranger. Después llegó la incursión aérea. En mitad de la noche, estos comandos aterrizaron en Kandahar y acabaron con la escasa resistencia talibán. Tan solo tuvieron que lamentar dos heridos que fue evacuados a toda velocidad. Una vez cumplido el objetivo dejaron su particular firma. «Como parte de estos esfuerzos de guerra psicológica, las tropas especiales han esparcido una suerte de tarjetas de visita con el lema ‘La libertad perdura’. Título bajo el que se ha impreso la famosa fotografía de un grupo de bomberos izando la bandera de EE.UU. en las ruinas del World Traid Center», escribió Rodríguez.
'Gecko'
‘Gecko’ planteó más dificultades desde sus inicios. La misión consistía llegar hasta un complejo de viviendas ubicado a nada menos que diez horas de vuelo y capturar al famoso líder talibán Mullah Omar. Era, además, mucho más delicada que ‘Rhino’ debido a la ingente cantidad de enemigos que defendían la residencia. Quizá por ello se puso sobre los hombros de los Delta Force (o 1.er Destacamento Operacional de Fuerzas Especiales-Delta) y los Night Stalkers (el 160º Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales Aerotransportado). Todos ellos, eso sí, apoyados por fuerzas Ranger encargadas de dar cobertura a los comandos mientras se internaban en la zona en busca de su objetivo y de toda aquella información útil que pudieran recabar.
Así describió ‘ABC’ la operación: «Los soldados de las Fuerzas Delta realizaron misiones de búsqueda y captura a la par que los Ranger». En sus palabras, estos «comandos norteamericanos de élite» fueron la «parte invisible» del plan. El contingente total estaba formado por noventa hombres que serían transportados en helicópteros MH-60 y MH-47 y recibirían el apoyo de un escuadrón de aviones A-10 –ideales para destruir objetivos terrestres– y un Lockheed AC-130 –un aparato equipado con armamento pesado–. El mayor reto es que debían repostar en el aeródromo conquistado por sus compañeros de ‘Rhino’ para poder continuar el viaje hasta el complejo. La partida de ajedrez se hacía más intrincada si cabe.
+ infoA pesar de las dificultades, las fuerzas destinadas a ‘Gecko’ partieron del portaviones ‘Kitty Hawk’ poco después de sus colegas y repostaron sin mayor dificultad. A continuación, prosiguieron su avance hasta su objetivo, aunque lo hicieron acompañados de un fuerte fuego antiaéreo. Ya sobre el enclave, tres de los cuatro helicópteros que transportaban a los Delta aterrizaron de manera segura. No ocurrió lo mismo con el cuarto, que recibió un impacto en su tren de aterrizaje y tuvo que hacer maniobras antes de dejar la carga. ‘ABC’ informó poco después del derribo de uno de los MH-60. El dato fue corroborado por los oficiales de los Estados Unidos, aunque no confirmaron si formaba parte de la ‘Operación Gecko’.
La misión salió bien a medias. Los operadores Delta se internaron en el complejo y abatieron a la escasa resistencia con la que se toparon. Sin embargo, no hallaron a Omar ni a otra serie de objetivos menores. Sí se encontraron con documentación valiosa que recogieron a toda prisa. Justo antes, por cierto, de que una fuerza de talibanes armados con fusiles AK-47 y lanzacohetes hiciese su aparición en la zona. Los soldados tuvieron que emplearse a fondo, pero acabaron con sus enemigos y se retiraron de nuevo hasta sus transportes. Su siguiente objetivo fue ‘Rhino’, donde les esperaban sus compañeros. Allí empezó una nueva pesadilla cuando, una vez más, fueron atacados por fuerzas enemigas. Aunque eso, como se suele decir, es otra historia.
+ infoLo que no se puede negar es que el balance de ‘Rhino’ y ‘Gecko’ fue bueno para los Estados Unidos. Al menos, a nivel psicológico. Estas fueron las conclusiones de ABC: «El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, general Richard Myers, indicó que esta primera ofensiva terrestre se completó ‘sin una interferencia significativa de las fuerzas talibanes’, registrándose únicamente dos heridos leves entre los paracaidistas norteamericanos. El oficial no ha querido ofrecer detalles, ni tan si quiera cómo salieron de Afganistán los Rangers, pero advirtió que en el futuro se producirán similares acciones de combate cerrado contra objetivos ‘conocidos por su protección a terroristas’. Esta escalada de las operaciones militares en Afganistán se cobró también las primeras bajas en el combate de soldados norteamericanos».