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El secreto oscuro de la familia de Isabel II: las primas con enfermedades mentales escondidas hasta su muerte

Dos de primas hermanas de la Monarca figuraban como fallecidas, a pesar de que seguían viviendo en el psiquiátrico sin contacto con ningún familiar

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La Reina madre en el bautizo de su hija Isabel.+ info
La Reina madre en el bautizo de su hija Isabel.
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La Casa Real británica tiene un largo historial de cadáveres escondidos en los armarios o, concretamente, en manicomios del Reino Unido. Varios familiares de Isabel II pasaron la mayor parte de sus vidas en hospitales psiquiátricos y con dos de sus primas hermanas se hizo creer al mundo que las desdichadas habían muerto décadas antes. Este escándalo salió a la luz en los años ochenta cuando la prensa amarillista de las islas empezó a tirar de un hilo hasta que se deshilachó toda la memoria de la familia.

Durante gran parte del siglo XX, el tratamiento para los enfermos mentales, fueran víctimas de una depresión, de un síndrome bipolar o de una esquizofrenia, era el mismo: alejarlos de la sociedad de manera indefinida.

Con el paso de las décadas llegaron las terapias de electroshock y las lobotomías, y mucho después, los medicamentos, pero hasta entonces la terapia se limitaba a dejarlos morir lentamente. La Casa Real británica se limitó a seguir este pensamiento o, como resumió Brian Rix, secretario general de la Sociedad nacional para los niños y adultos mentalmente discapacitados (Mencap), a aplicar «el viejo concepto de los tiempos Victorianos: fuera de la vista y del pensamiento».

ABC contaba el 7 de abril de 1987 cómo se descubrió que las familiares de Isabel se encontraban en ese estado: «La prima hermana de la Reina Isabel Katherine Bowes-Lyon ha vivido cuarenta y seis años olvidada por sus padres, recluida en un asilo del Estado para enfermos mentales. Su hermana Nerissa, paciente del mismo centro, el Real Hospital de Earlswood, en Redhill (Surrey), murió el mes de enero de 1986».

Abandonadas en un centro

Estas dos primas secretas, que aparecían como fallecidas en los libros de historia, eran hijas de un hermano de la madre de Isabel II. El susodicho, John Bowes-Lyon, fue un hombre con un largo historial de problemas médicos, ataques de nervios, depresiones y al que un pertinente disparo en el pie le impidió entrar en combate durante la Primera Guerra Mundial. El cuñado de Jorge VI se casó con Fenella Hepburn-Stuart-Forbes-Trefusis, una noble con un pasado de enfermedades mentales todavía superior al suyo, capaz de llenar de tinta el río Támesis...

El accidentado matrimonio tuvo cinco hijas: la primera falleció siendo un bebé, otras dos no dieron síntomas de trastornos mentales (una de ellas fue la mismísima Princesa Ana de Dinamarca), pero la tercera y la quinta fueron Nerissa y Katherine, que desde la infancia mostraron problemas de aprendizaje y acabaron ingresadas en un centro psiquiátrico tras la muerte de su padre. Inaugurado en 1855, el Royal Earlswood Hospital fue el primer establecimiento en atender específicamente a personas con dificultades de aprendizaje.

Coronación de la Reina Isabel II de Inglaterra.+ info
Coronación de la Reina Isabel II de Inglaterra. - ABC

La madre de las criaturas echó un tupido velo sobre el asunto, prefiriendo que se las diera por muerta antes que por locas. La prestigiosa guía de la nobleza Burke presentaba a las dos hermanas vivas en 1959. Sin embargo, la edición de 1963 precisó que Nerissa había fallecido en 1940 y Katherine, en 1961. ¿Qué pasó entre medias? Esta guía verificaba quién estaba vivo o muerto consultando a sus familiares más cercanos, de manera que debió ser la madre quien afirmó que habían fallecido. Lord Clinton, familiar de las niñas, excusó a Fenella en que ella siempre había sido una mujer imprecisa que completaba los formularios incorrectamente o, más probablemente, no los completaba en absoluto. Sin embargo, esta explicación fue rechazada por Harold Brooks-Baker, editor de la revista, quien dijo: «Se acepta cualquier información que nos proporcione la familia real. Incluso si tuviéramos evidencia de lo contrario, incluiríamos cualquier información que nos brinde cualquier miembro de la Familia Real».

La Familia Real se limitó a señalar que se trataba de un asunto privado de la familia Bowes-Lyon, una postura que no cambió desde que estalló la historia en los años ochenta

En 1982, los trabajadores del hospital escribieron a la Reina Madre para informarle que sus sobrinas todavía estaban vivas, pero que no se les estaba proporcionando dinero para comprarles nada más allá de lo que el sistema social podía proporcionarles. La Reina Madre respondió con un cheque para comprarles juguetes y dulces a intervalos en los siguientes años, pero al cabo de cinco años, cuando estalló el escándalo, Isabel ya se había olvidado de las niñas.

La muerte de Nerissa, de 67 años, en 1986, sacó a la luz la mezquindad de la familia incluso durante el funeral. Esta prima de Isabel II fue enterrada en el cementerio de Redhill, en el sur de Inglaterra, por los servicios de la beneficencia, sin lápida y tan sólo un poste de cemento con una etiqueta de plástico que decía: «Bowes Lyon. Número de referencia M-11125». Ningún familiar hizo acto de presencia en el enterramiento. La Familia Real se limitó a señalar que se trataba de un asunto privado de la familia Bowes-Lyon, una postura que no cambió en medio siglo.

Sin legado

Katherine, la otra hermana, permaneció en este mismo centro hospitalario, que atesoraba en esos años una historia aterradora de deficiencias sanitarias, hacinamiento de pacientes y escasez de personal. Las hermanas no solo tuvieron que sufrir estos maltratos, sino también el ninguneo absoluto de sus familiares, a pesar de que su tía, la Reina Madre, se elevó como la patrona de varias organizaciones para personas con discapacidad intelectual. «Dicen en ese centro hospitalario que Katherine no ha recibido nunca la visita de ningún pariente. Los padres, fallecidos, no le dejaron ningún legado. No tiene bienes de su propiedad y su única fuente de ingresos es la pensión del Estado», escribió el corresponsal en Londres de ABC.

La Reina Isabel II de Inglaterra durante una carrera de caballos+ info
La Reina Isabel II de Inglaterra durante una carrera de caballos - ABC

Su situación de desamparo no cambió con el paso de los años. Entrevistado el personal de la institución en un documental de televisión en 2011, varios trabajadores declararon que la familia nunca envió a las hermanas un regalo de cumpleaños o una tarjeta de felicitación en ninguna fiesta. La prima de la Reina pasó su vida en ese asilo hasta 1997, fecha en la que el centro fue clausurado por su mal estado y porque se conocieron abusos de empleados contra algunas pacientes. La prima hermana de la Reina Isabel falleció en 2014 a los 87 años.

El escándalo, sin embargo, sacó a la luz pública la situación de otros parientes lejanos de la Casa Real también ocultos en ese centro. Tres primas políticas de la Reina, las hermanas Etheldreda (1922-1996), Idónea (1912-2001) y Rosemary Fane (1914-1972), vivieron desde 1941 en el psiquiátrico. Se trataba de las hijas de una hermana de Fenella llamada Harriet, esto es, una cuñada del hermano de la Reina madre. Como el resto de sus primas, las niñas no hablaban y tenían una edad mental de seis años como máximo.

Otra enferma mental de la Casa Real fue Tatiana Mountbatten, fallecida en 1988, sobrina del tío del príncipe Carlos, lord Mountbatten, que vivió sus últimos años en un centro de salud mental de Northampton y de la que también se constató que no recibía visitas de familiares.

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