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El polizón del «Plus Ultra»: «¡Menos mal que pesa poco!»

El periodista Emilio Herrero se coló en el avión antes de que realizara el primer salto aéreo de España a América

Buenos Aires (Argentina), 10/02/1926.. El «Plus Ultra» sobrevolando Buenos Aires a su llegada a la capital argentina procedente de su última escala en Montevideo+ info
Buenos Aires (Argentina), 10/02/1926.. El «Plus Ultra» sobrevolando Buenos Aires a su llegada a la capital argentina procedente de su última escala en Montevideo
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De improviso, la sirena del diario «La Prensa» vibró estrepitosamente y un rumor ensordecedor se alzó del gentío que aguardaba expectante en la capital argentina la llegada del «Plus Ultra». Los guardias municipales apenas podían contener a la inmensa ola humana que se desbordaba aquel 10 de febrero de 1926. A los pocos minutos, entre las voces de centenares de sirenas y centenares de banderas y pañuelos al aire, se vio por fin sobre Buenos Aires al primer avión que volaba entre España y América. «El instante resulta de una solemnidad imponente e indescriptible y también de una honda emoción. Son muchísimas las personas que no pueden ocultar las lágrimas», describió la crónica de ABC.

La multitud espera en el puerto de Buenos Aires la llegada del «Plus Ultra»+ info
La multitud espera en el puerto de Buenos Aires la llegada del «Plus Ultra»

El hidroavión de la Aeronáutica Militar española, bautizado con el legendario lema en latín de «Más allá», hacía historia tras recorrer los 10.270 kilómetros que separaban Palos de Buenos Aires, salvados en 59 horas y 39 minutos de vuelo en siete etapas, a una velocidad media de 172 kilómetros por hora.

La llegada del «Plus Ultra» a la capital argentina fue una apoteosis para los cuatro protagonistas de la proeza: el comandante Ramón Franco (el hermano más joven de Francisco Franco), a los mandos; el capitán Julio Ruiz de Alda, ante los aparatos de navegación; el teniente de navío Juan Manuel Durán, con el compás y las cartas marinas; y el mecánico Pablo Rada, atento a cualquier ruido desusado de los motores.

Los niños rompen el cordón policial para poder estrechar la mano a Ramón Franco+ info
Los niños rompen el cordón policial para poder estrechar la mano a Ramón Franco

Aquel vuelo «representó un paso decisivo en el desarrollo de la aviación tanto española como internacional. Después de la Primera Guerra Mundial, donde la aviación jugó un gran papel, todas las aviaciones del mundo emprendieron una carrera para realizar vuelos de grandes distancias» y España se adelantó a Francia e Italia sorteando enormes dificultades, explicaba años después Francisco Iglesias, otro pionero de la aviación.

Un aspecto de la Plaza de Colón durante la manifestación de entusiasmo+ info
Un aspecto de la Plaza de Colón durante la manifestación de entusiasmo

«La hazaña del "Plus Ultra" fue el acicate que tuvimos todos los aviadores de aquel tiempo; en concreto, fue lo que nos impulsó a Jiménez y a mí a realizar el "raid" Sevilla-Bahía con el "Jesús del Gran Poder" en el año 1929. Ramón Franco nos dio la pauta para saber la preparación de un vuelo a gran distancia, las rutas, etc... Entonces no se sabía nada de esto», añadió Iglesias.

Los tripulantes del «Plus Ultra»+ info
Los tripulantes del «Plus Ultra»

El periodista Emilio Herrero Mazorra vivió todos los detalles de ese histórico vuelo e incluso participó en él. En 1926 se encontraba en Marruecos como corresponsal de la agencia United Press, que le había mandado como enviado especial a África para el periódico «La Prensa» de Buenos Aires. Cuando se enteró de los propósitos de Ramón Franco, a quien conocía, empezó a enviar al periódico noticias sobre este tema. «Al principio - relató a ABC- la impresión general de los lectores era de incredulidad. Pensaban que ese proyecto era irrealizable. Pero cuando llegó el "Dornier" de Italia y se formalizó el "raid", la gente se apasionó por el asunto y seguía con gran interés toda la preparación del vuelo».

A Emilio le unía también una amistad con Ruiz de Alda. «Muchas veces, por motivos profesionales, en unas ocasiones, y en otras por gusto, tomé parte en las pruebas de ensayo del «Plus Ultra» en Mar Chica», recordaba. Quizá por esta cercanía con los tripulantes del avión pudo colarse después como polizón, como él mismo refirió a este periódico:

«Había que hacer la información del vuelo del "Plus Ultra" desde su salida de Melilla a Palos. Las autoridades nos habían prometido a un grupo de periodistas que iríamos acompañando el aparato en otro avión de características similares. Dicho avión estaba en Ceuta y lo tenía la duquesa de la Victoria. Veinticuatro horas antes de la partida del "Plus Ultra", la duquesa de la Victoria comunicó que el aparato destinado para los perioditas tenía una avería y no podía trasladarnos. Nuestro requerimiento ante las autoridades para encontrar una posible solución no dio resultado. Yo, por mi parte, había anunciado a "La Prensa" de Buenos Aires que mandaría una crónica sobre el vuelo Melilla-Palos, ya que iba acompañando al "Plus Ultra".

Ante la negativa de las autoridades opté por la astucia. Llamé a un hijo del director de "El Telegrama del Rif" y le pregunté si quería ayudarme, pero que tenía que guardar secreto. Compramos un mono, tres estrellas de capitán, dos botellas de vino de Rioja y unos bocadillos. Le dije que si al día siguiente no estaba cuando el "Plus Ultra" despegara hiciese correr la voz de que me encontraba indispuesto. Después nos fuimos a cenar y luego marché al muelle. Vestido de capitán (con el mono) me acerqué a uno de los que estaban de guardia y muy seguro le dije: "Al Plus Ultra". Se cuadró ante mí creyendo que era uno de los componentes del vuelo, me llevó hacia el aparato, subí a él y a esperar...

Las Palmas de Gran Canaria, 22/01/1926. Llegada del «Plus Ultra». Los aviadores Franco (centro), Ruiz de Aldo (izq.) y Durán (dcha.) al desembarcar del hidroavión+ info
Las Palmas de Gran Canaria, 22/01/1926. Llegada del «Plus Ultra». Los aviadores Franco (centro), Ruiz de Aldo (izq.) y Durán (dcha.) al desembarcar del hidroavión

De madrugada llegó Rada y me descubrió: "¿Qué haces aquí?". Le conté mis propósitos y me escondió en el fuselaje, haciéndome una especie de cama con las fundas de las hélices para que estuviera más cómodo. Por la mañana yo oía la algarabía y los gritos de homenaje de un gentío que acudió a despedir al "Plus Ultra".

Despegó el aparato. Dimos una vuelta sobre Melilla. Cuando atravesábamos el Estrecho aparecí medio mareado. El avión volaba a unos 180 kilómetros por hora. "¿Qué haces aquí?", dijo Ruiz de Alda, y dirigiéndose a Franco añadió: "¡Traemos a Herrerito!".

El «Plus Ultra» durante una de las escalas que le llevarían a Buenos Aires+ info
El «Plus Ultra» durante una de las escalas que le llevarían a Buenos Aires

"¡Menos mal que pesa poco!", contestó Ramón Franco. El "Plus Ultra" llevaba a bordo a ocho personas: Franco, Ruiz de Alda, Rada, García Escámez, Escolano, Seoane, el fotógrafo Leopoldo Alonso -que hizo también la etapa Palos-Las Palmas- y yo. Al llegar a Palos vino el alcalde de Huelva a recibirnos y al verme salir primero me dio un abrazo y me dijo: "¡Vivan los héroes!". Le respondí: "Los héroes vienen detrás. Soy un pasajero sin billete". Después me fui a un bar próximo a escribir la crónica para el periódico».

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