Las frases de Fofó, el payaso más querido de la tele: «Para mí, el niño es el ser humano sin defectos»

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«¡Bieeeeen!», coreaban los niños al unísono cuando los payasos de la tele aparecían en las pantallas al ritmo de la pegadiza canción de «Había una vez un circo...» y Fofó les preguntaba aquel «¿Cómo están ustedeeeees?» una y otra vez, haciéndose el sordo. Fofó era el «augusto» dicharachero, el que hacía de «tonto» pero siempre acertaba frente al «listo» de su hermano Gaby, que salía derrotado entre las risas de su otro hermano Miliki, su hijo Fofito y de tantos espectadores que no se perdían sus actuaciones.

«¿La fórmula de nuestro boom? Divertirnos divirtiendo», le contestaron a Pilar Urbano cuando entrevistó a Gaby, Fofó, Miliki y Fofito en 1975. Los cuatro eran payasos por la fuerza de la sangre, como lo fueron sus abuelos y sus tatarabuelos.

Si sus antecesores habían llevado el espectáculo circense a los teatros, ellos lo habían trasladado con enorme éxito hasta el plató de Televisión Española y se habían convertido en los personajes más queridos de los más pequeños. Y entre todos ellos, Fofó de forma muy especial.

«Hasta ahora los payasos han enfocado sus actuaciones hacia los adultos; sus chistes, sus «gags» iban dirigidos a un público mayor de edad, hasta el punto de que los niños no asimilaban más que las clásicas bofetadas, los descomunales relojes de pulsera, las narices de patata, las demesuradas corbatas, los gigantescos zapatones y la peluca de lana o paja. Fofó, en cambio, rompió con la secular tradición y actuaba a cara limpia, a voz sin falsete y dirigiendo su quehacer exclusivamente a los niños. De ahí su enorme éxito, su aceptación multitudinaria, unánime, por el público infantil», explicaba Julio Martínez Velasco.

Por eso aquel 23 de junio en que los niños se despedían de los colegios hasta septiembre con motivo de las vacaciones de verano, tantos lloraron de pena al conocer la noticia de su muerte. Alfonso Aragón Bermúdez había fallecido en la clínica de la Concepción de Madrid a causa de una hepatitis B. Hacía dos meses que había sido operado de un tumor cerebral y al poco de reincorporarse había tenido que ser hospitalizado de nuevo. Murió el 22 de junio a las diez de la noche, rodeado de sus hermanos, esposa e hijos.

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Miles de niños y adultos acudieron a la capilla ardiente y después al cementerio de Vallecas a despedir al popular Fofó. Con grandes pancartas, lágrimas, aplausos y ovaciones se homenajeó al hombre que había llevado tantas risas y felicidad a miles de hogares.

En ABC se recordaron algunas de las declaraciones de Fofó en las que se dirigía con especial ternura a los niños:

«Yo soy Fofó, el que os canta todas esas canciones que tanto os gustan, al menos creo que os gustan, porque sé que las cantáis por las calles. Mi nombre propio es Alfonso Aragón Bermúdez, soy hermano de Gaby y hermano de Miliki, soy el hermano mediano; primero es Gaby, luego voy yo y después Miliki. También tenemos una hermana que es una gran coreógrafa y bailarina y se llama Rocío Aragón».

«Yo soy el payaso parlanchín, el que más habla, como siempre me veis en la televisión; soy al que quizá se le ocurren más rápidamente los chistes. Estudié mucho y, sobre todo, música. Estudié guitarra clásica aquí, en Madrid, con un gran maestro, y adelanté mucho, pero yo creo que a vosotros os gusta más cuando yo canto que si me pusiera a tocar la guitarra clásica»

«Os voy a decir lo que más me gusta en la vida, lo que más me entusiasma, lo que más feliz me hace. Es una palabra que solamente tiene tres letras: paz. Pe, a, zeta»

«A veces, cantar no ha sido fácil para nosotros. Os voy a contar por qué. El recuerdo más triste de mi vida es el de una noche de 1946... Por la tarde habíamos enterrado a papá, pero tuvimos que salir a la pista a hacer reír y a cantar con todos los niños...»

«Pero nuestra alegría siempre sois vosotros, los niños. Para mí, el niño es el ser humano sin defectos; luego, los defectos se los creamos nosotros».