La entrevista en TVE que Arias Navarro censuró a uno de sus ministros
El presidente del Gobierno autorizó en 1976 la conversación de José María de Areilza con el periodista Augusto Assía, pero impidió después su emisión

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«Se esperaba en los ambientes periodísticos –únicos que tenían noticia del tema– la entrevista que Augusto Assía le había hecho al ministro Areilza en Televisión Española. Y se esperaba algo eminentemente lógico: que el ministro repitiese para los españoles lo que viene diciendo a los extranjeros sobre lo que el Gobierno piensa hacer.
Y de pronto, la 'bomba'. Nuestro ministro de Asuntos Exteriores no comparecería en la pequeña pantalla a causa de una decisión adoptada en ese sentido por el presidente Arias». Así comenzó 'Blanco y Negro' una esperada crónica en abril de 1976 sobre 'Las declaraciones vetadas al ministro Areilza' . La revista contaba con información sobre este apasionante asunto que quiso compartir con sus lectores.
Según sus fuentes, la entrevista periodística había sido en un principio autorizada por el presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro . «Deducimos que el ministro Areilza se preparaba a exponer una vez más sus conocidos puntos de vista aperturistas». Los planteamientos de Areilza se enmarcaban dentro de lo que había enunciado el presidente del Consejo de ministros, pero como bien apuntaba 'Blanco y Negro', «como el proceso democratizador puede desarrollarse con un ritmo o con otro, con ritmo de vals o de pasodoble, de tango o de rock, es claro que caben las discrepancias y las diferencias de puntos de vista».
El pensamiento del ministro de Asuntos Exteriores era conocido. «En todas sus intervenciones o en casi todas, no ha dejado de hablar del Gobierno como 'Gobierno de la Monarquía' o 'primer Gobierno de la Monarquía' para señalar específicamente que existen claras diferencias entre la conducta de este Gabinete y la de los Gabinetes anteriores», recordaba esta publicación. Aunque esas diferencias políticas sustanciales –añadía– «a veces parecen atenuarse en exceso».
El veterano periodista Felipe Fernández Armesto, conocido como Augusto Assía , contaba con amplia experiencia en países democráticos como Inglaterra o Alemania y planteó al ministro Areilza los temas que eran objeto de discusiones e inquietudes entre los españoles. Según 'Blanco y Negro', Assí recurrió a un tono sencillo, coloquial y directo para que el ministro fijara las ideas que le parecieran oportunas y se pudiera zafar de las preguntas que le resultaran incómodas.
Había motivos para suponer que ese tono general de la conversación iba a resultar insólito, porque también en este aspecto los usos jerárquicos habían creado hábitos informativos que costaba trabajo abandonar.
Todavía estaban en Prado del Rey el ministro y el periodista cuando llegó un coche de la Presidencia del Consejo y recogió la grabación para que la pudiese ver y oír Arias Navarro. «¿Qué pasó después?», continuó relatando la revista. La agencia Logos hizo circular la noticia de que el propio presidente del Gobierno había considerado que no era prudente en esos momentos difundir la entrevista.
«Así, de este modo inesperado, se llega a la conclusión de que un 'primera serie' de nuestra política como es el ministro Areilza recibe un veto, cordial por otra parte, de su jefe de Gobierno», apuntó 'Blanco y Negro'.
Fuerzas encontradas en el Gobierno
A juicio de los periodistas que habían visto actuar al ministro Areilza en España y en el extranjero, poseía «toda la serenidad, toda la habilidad y todos los conocimientos del mundo» y nunca decía nada más que lo que quería decir. El veto, por tanto, no había sido causado por ninguna imprudencia inconsciente en sus palabras.
«Tanto el ministro Areilza como su colega Fraga Iribarne están mal vistos por lo que se ha denominado 'bunker'», explicaba a continuación la revista, para la que «la consecuencia deducible del veto al ministro Areilza es que el presidente del Gobierno ha atendido al juego de fuerzas encontradas que en el seno del Gobierno son perceptibles y que a pesar de todos los buenos propósitos subsiste».
Ya lo había anotado el periódico en un editorial unos días antes cuando subrayó que la semana había terminado bajo la impresión de que la crisis de Gobierno, declarada o no, subsistía. Las dificultades que se acumulaban en el camino de las diversas reformas dejaban ver al buen entendedor que en el Ejecutivo no reinaba una armonía ideológica, o al menos táctica.
«El veto a una entrevista periodística con el ministro Areilza es, pues, algo más que una anécdota», consideraba 'Blanco y Negro', que esperaba conocer en un futuro cuáles eran esos 'peligros' que suscitaron tanta suspicacia.