Los acertijos con los que ABC retó a sus lectores hace un siglo: ¿serías capaz de resolverlos?
El diario ofrecía un valioso premio para quien averiguara el número exacto de garbanzos que contenía un frasco o el de los milímetros que medía un hilo fotografiado
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Hasta 500 pesetas recibieron los lectores de ABC que ganaron el «Primer concurso de ABC diario» que el periódico puso en marcha en 1905. La cifra no era nada desdeñable, pues el sueldo anual medio de un minero en España en 1909 apenas alcanzaba las 780 pesetas. Tampoco era una cantidad escogida al azar. Precisamente fueron 500 pesetas las protagonistas de uno de estos famosos juegos que el diario impulsó a los pocos meses de nacer como semanal al precio de 10 céntimos. «¿Tiene usted las 500 pesetas de ABC?» debían preguntar los participantes en este popular concurso que comenzó el 15 de septiembre de 1903.
«El domingo 27 del mes actual se paseará por las calles de Madrid, y asistirá a algunos espectáculos públicos, no diremos si del sexo femenino o si del masculino, que llevará un sobre cerrado con el sello de "Blanco y Negro" en tinta y lacre, dentro del cual habrá un vale pal portador para recibir en la Administración de ABC Serrano, 55, Casa de "Blanco y Negro", quinientas pesetas en efectivo», anunciaba el periódico en aquellos días.
El sobre se entregaría a la primera persona que se topara con el enviado de ABC en alguna de las calles que el diario detallaba a continuación. Aunque el periódico avisaba. La pregunta debía de estar hecha precisamente en esos términos (¿Tiene usted las 500 pesetas de ABC?). El comisionado contestaría negativamente a quien no la formulara así.
Tal fue la expectación que despertó el concurso, que fue prohibido por el gobernador civil de Madrid, Juan de la Cierva, temiendo que causase problemas de orden público. El dinero fue entregado a cuatro niños pobres de las Escuelas municipales.
+ infoDos años después, el periódico sí pudo organizarlo, repartiendo el dinero en dos sobres, y fue todo un acontecimiento. «La concurrencia ha sido inmensa, enorme. A las doce no se podía materialmente dar un paso por la acera de la calle de Alcalá. Los empleados de esta casa, D. Luis Molina y don José Lucas han cumplido su misión, entregando cada cual, a las doce en punto, un sobre con 250 pesetas a las personas que estaban más próximas a ellos y tenían en la mano un número de ABC», narraba el diario.

Los participantes arrebataban el periódico de las manos a los vendedores. La venta de ejemplares en Madrid rebasó la cifra de 40.000. Las fotografías tomadas ese día de la calle Alcalá dan fe de la multitud que se agolpó a las 12 del mediodía con esperanza de ser los agraciados en el concurso.
Agustina Mendive, que recibió uno de los sobres, llevaba un niño en brazos y entre su cuerpo y el del niño el ejemplar de ABC. En la mano derecha tenía otro más y su marido llevaba un tercero. «Pues bien, a pesar de tantas precauciones, creían que lo de las 250 pesetas era una broma», relató el comisionado que les entregó el vale. «No pensarán lo mismo desde esta tarde a las tres, hora en que las cobrarán en la caja del periódico», añadió Molina.
El problema de los garbanzos
Por entonces también fue muy popular un reto aparentemente sencillo que sin embargo costó esfuerzo solucionar. El periódico publicó la fotografía de un frasco en cuyo interior se veía un puñado de estas legumbres y los participantes debían acertar cuántas había. En la redacción se recibieron hasta 37.612 respuestas que, apiladas, formaban dos filas de un total de once metros y 28 centímetros.
+ infoAnte notario se procedió a la apertura del frasco y se verificó que solo 29 concursantes habían acertado con la cifra ( aquí la solución). Los había que solo contaron 12 y otros que se excedieron hasta 9.999.
+ infoDe entre 29 acertantes de esta cifra se realizó un sorteo y salió elegido un lector de Baracaldo que ganó un reloj de oro.
El concurso del hilo
En el reto de 1905 había que descubrir cuánto medía un hilo enmarañado que se mostraba en una fotografía. El cordel estaba fotografiado a su tamaño natural, encerrado entre dos cristales planos y sellado su cierre. Cada lector podía enviar todas las soluciones que quisiera, siempre que utilizara para cada una el facsímil que publicaba el diario. Se recibieron un total de 73.125 respuestas.
El 10 de junio, un notario midió el hilo fotografiado cuya longitud ( vea aquí la solución) se correspondía con la anotada en 1.419 boletines y, tras el sorteo que se celebró a continuación, el agraciado fue un residente en la calle de Toledo de Madrid.
Pocos años después, cuando la moda de los concursos se impuso en los periódicos, ABC recordaba estos y algunos otros célebres, como aquel profético plebiscito que acertó quien sería la Reina de España, o «el del billete kilométrico para viajar gratis por España. El de las palabras raras del idioma castellano, al que concurrió lo mejor de nuestra intelectualidad. El de los piropos. El que ofrecía un premio para quien acertase quién sería presidente del Consejo de ministros durante el mes de abril de 1904. El del donativo de los Reyes Magos. El de los rótulos indiscretos, graciosos o absurdos, que hizo reír a media España»... y tantos, tantísimos, de todo género.
«Los concursos periodísticos, sobre servir de propaganda de quien los idea y lanza, cuando se hacen con tacto sirven muchas veces para acrecer el caudal de cultura del público, para ilustrarle y para entretenerle», defendía ABC en 1912.
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