La selección natural es la responsable de que las especies se mantengan tal y como son. ¿Y cómo son? Los machos de las libélulas mantienen una competencia espermática entre ellos mientras la armonía reina en las poblaciones de rabilargo: todos cooperan para sacar adelante a los polluelos de la colonia.
La Sociedad Española de Etología (SEE) inició el documental «Descubriendo el comportamiento animal» en 2008. A lo largo de ese año y el siguiente se filmaron doce capítulos de unos cinco minutos de duración sobre las tarjetas de visita que deja el topillo nival, las esclavas que capturan las hormigas de Sierra Nevada o la importancia del color de los huevos como transmisor de «calidad» y «salud», entre otros muchos temas. Antes de que finalice el año nueve historias más completarán la serie.
«Hemos seleccionado los trabajos más llamativos llevados a cabo por los equipos de investigación españoles de diferentes universidades y del CSIC que pertenecen a la SEE», explica Juan Carranza, uno de los productores. El proyecto ha contado con la colaboración de la Fundación Biodiversidad y Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
El objetivo es ayudar a comprender a los espectadores por qué los animales actúan de una determinada manera en una situación concreta: una incursión en busca de alimento o pareja o una encerrona de algún depredador, por ejemplo.
«La genética cambia por sí sola si no existe la presión de la selección natural», explica Carranza.
Los expertos en cada área, así como los productores Juan Carranza y Alberto J. Redondo, quien también se ocupa de la realización del documental, han elaborado los guiones de los cortos. «La planificación de la grabación ha sido muy minuciosa a fin de captar las imágenes más adecuadas a cada tiempo y lugar».
Todo el material de «Descubriendo el comportamiento animal» es original, desde el grafismo de la cabecera hasta la música, pensada e interpretada de manera expresa por el compositor y músico de la Orquesta Nacional de España Antonio Torres. De la locución se encarga José Ángel de Juanes, «ya jubilado», pero que ha querido participar con la SEE, «aportando su inconfundible voz, la cual realza el valor divulgativo del documental», manifiesta Carranza. La Asociación Española de Cine Científico (ASECIC), FECYT, las Universidades de Extremadura y Córdoba, la Junta de Extremadura, Red Eléctrica Española (REE) y la Fundación Biodiversidad respaldan la idea.
Elementos de conservación
Una iniciativa, además, que no deja de lado los elementos de conservación, como los problemas del urogallo o del oso pardo en Asturias. La fragmentación del hábitat donde viven los urogallos les ha relegado a espacios muy reducidos donde desarrollar sus actividades de cortejo, alimentación y cría. Las osas de la cordillera cantábrica, por su parte, en ocasiones se enfrentan al comportamiento infanticida de los machos en celo.