
ZOO DE MADRID
Polos de frutas, duchas e instalaciones con aire acondicionado ayudan a los más de ocho mil animales que viven en el Zoo de Madrid a pasar el verano.
Salvo los reptiles, acostumbrados a las temperaturas extremas, el personal del zoo suministra helados a todos para que se refresquen.
Los «helados» se preparan en cubos con agua y piezas de frutas y hortalizas congeladas. Complementan la dieta de chimpancés y elefantes, por ejemplo. Y suponen también un entretenimiento para los felinos del parque, que encuentran su salmón y sangre gélida camuflados en envases de plástico que semejan presas. Lo normal es que los animales no devoren los alimentos de una tacada, sino que los paladeen, como los lemures, que entre lametón y lametón sobrellevan el calor.
No obstante, casi todos los inquilinos del Zoo de Madrid están «bastante adaptados tanto al frío como al calor», dado que la inmensa mayoría de ellos ha nacido en él.
Los obligan a bañarse
Los pandas gigantes no toleran una atmósfera superior a los 25 grados. Por ello, en la pagoda de Bing Xing y Hua Zui Ba hay aire acondicionado en verano. A primera hora de la mañana, cuando los rayos de sol no sacan de quicio al mercurio de los termómetros, la pareja permanece en las praderas exteriores. El resto del día, pueden elegir entre las diferentes áreas de su instalación: las puertas están siempre abiertas.
Además, aunque ambos ejemplares cuentan con zonas de agua, sus cuidadores los vigilan de cerca: los bañan si detectan síntomas de calor.
El Zoo de Madrid también ha puesto duchas en varios lugares, como en el espacio reservado al rinoceronte de la India, que duerme por las noches bajo el chorro de agua fresca, incluso.

