Tras años de vigilancia del litoral español, Greenpeace advierte que el urbanismo salvaje, la construcción de infraestructuras y la contaminación deterioran una superficie de costa equivalente a ocho campos de fútbol cada día. La décima edición del informe «Destrucción a Toda Costa» también señala que quedan escasos espacios vírgenes en la Región de Murcia, Almería, Huelva, Rias Baixas o la costa cantábrica que «hay que proteger».
Desde 1987 a 2005 un total 50.504 hectáreas de suelo natural en los dos primeros kilómetros de franja costera de la Península han sido asoladas para crear casas, industrias y comercios. En 2008, España necesitaba algo más de 300.000 viviendas anuales, pero entre 2003-2007 se edificó el triple, tanto en la costa como en el interior. A día de hoy, en algunas zonas de Málaga o Alicante más del 75% de los terrenos colindantes al mar son urbanos o urbanizables.
Agua contaminada
A lo largo de estos años, el crecimiento mal planificado ha tenido también su efecto en la contaminación de las aguas, aseguran los ecologistas. Durante la última década, la Unión Europea ha denunciado a España en varias ocasiones por el incumplimiento sistemático de la legislación comunitaria en materia de vertidos, depuración y calidad de las aguas. En 2003 España fue condenada por el Tribunal Europeo. Y este año se enfrenta, de nuevo, a una sanción de la Comisión Europea.
Greenpeace señala 32 asignaturas pendientes en la gestión del litoral. Así lo demuestran hechos como que el hotel ilegal de El Algarrobico siga en pie, que se promocione la construcción de puertos como el de Granadilla (Tenerife), Tarifa (Cádiz) o el de Pasaia (Gipuzkoa), que se promuevan desarrollos insostenibles como los de Marina d'Or y Cangas do Morrazo o que no se ponga fin a la contaminación de la bahía de Algeciras o de las rías gallegas, según los ecologistas.
Rosa Regás, Manuel Rivas, Miguel Delibes de Castro o el ex director General de Costas, Fernando Marín, son algunas de las firmas que aparecen en el informe.