La propuesta de consenso presentada en abril por la presidencia no contentó a las partes, por lo que se mantiene la situación actual: Japón, Noruega e Islandia siguen capturando ballenas pese a la moratoria. Los nipones alegan fines científicos, mientras que los nórdicos se amparan en objeciones y reservas a la moratoria. El documento rechazado mantenía la moratoria durante la próxima década, pero establecía «unos topes considerablemente inferiores» sobre la captura de cetáceos. Para los ecologistas era otra forma de legalizar su caza.

Australia y Latinoamérica, contentas

«No ha sido una cuestión de falta de voluntad política, sino del contenido del compromiso», ha apuntado el ministro australiano de Medio Ambiente, Peter Garret, contento de que la CBI no haya dado «un paso atrás».

Para el delegado mexicano, Lorenzo Rojas, «ha llegado el momento de adoptar un nuevo enfoque, y esa pausa permitirá abordar con mente fresca reuniones posteriores». Australia y Latinoamérica lideran el grupo conservacionista, mientras que en el lado opuesto figuran Japón, Noruega e Islandia, cuyo delegado, Tomas Heidar, opina que la ausencia de acuerdo no debe considerarse «el fin del mundo». «Durante el último año hemos mejorado nuestras relaciones y nos entendemos mejor, y eso es un requisito tanto para el funcionamiento de la CBI como para un futuro compromiso», comentó el islandés.

El año pasado, igual

La ausencia de un acuerdo, al igual que sucedió en la reunión del año pasado en la isla portuguesa de Madeira, fue considerado un fracaso por algunos grupos ecologistas. «Mientras los gobiernos continúan hablando, las ballenas siguen muriendo. Creemos que los miembros de la comisión han perdido una oportunidad vital de dar un paso adelante hacia la prohibición de la caza comercial», ha señalado la directora de la campaña de Océanos de Greenpeace, Sarah Duthie.

La CBI deberá decidir cómo proceder durante este tiempo, sobre la eficacia de su mandato o la necesidad de reforma de su gobernaza. Además, deberá abordar otros puntos que han quedado pendientes en la agenda de la cita marroquí, como los asuntos medioambientales y de seguridad en el mar, las infracciones cometidas en 2009 o la caza aborigen de subsistencia. El delegado belga, Alexandre de Lichtervelde, confia en que «este período de enfriamiento no se convierta en una congelación indefinida».

A juicio de la delegada española, Carmen Asencio, que habló en nombre de la Unión Europea (UE) al ostentar España la presidencia de turno, la pausa «no debe significar congelar los esfuerzos realizados hasta el momento». Partidarios de la adopción de ese paréntesis se han mostrado organizaciones como la Sociedad de Conservación de Ballenas y Delfines (WDCS), para quien «lo importante es que la moratoria se mantenga, ya que, más allá de que durante la misma se hayan cazado ballenas -unas 1.500 en 2009-, ha logrado que disminuyan mucho las cacerías».