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Es que el dinero es muy miedoso

La hucha del FROB se financia, al menos en sus tres cuartas partes, «con cargo a los presupuestos»

Día 14/06/2010 - 04.03h
ESTA es la frase que los sacerdotes de la idolatría repiten como papagayos, como los espiritistas de antaño repetían, para justificar el fiasco de una sesión, cada vez que entre su clientela de crédulos paletos se colaba algún escéptico dispuesto a desenmascarar sus tramoyas: «Es que los espíritus son muy miedosos». Y así los crédulos paletos se volvían a casa, algo mohínos o decepcionados por no haber logrado que el espectro de su tatarabuela les desvelase secretos de ultratumba, pero confiados en que se obrara el falso prodigio en la siguiente sesión. Los sacerdotes de la idolatría, como los espiritistas de antaño, cuentan con la credulidad de la clientela a la que sangran inescrupulosamente; y así pueden mantener su tramoya en pie, así pueden seguir invocando un espectro que no existe, mientras nos saquean los bolsillos.
El otro día se anunciaba con gran boato la «fusión fría» de dos grandes cajas de ahorros. Para coronar tal «fusión fría» (que suena como a receta engañabobos de Ferrán Adriá), pedirán 4.500 millones de euros al llamado —las idolatrías disfrazan sus enjuagues de jergas ininteligibles, para mantener embobados a sus adeptos— «Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria», que los medios de adoctrinamiento de masas —los apéndices propagandísticos de la idolatría— denominan con el acrónimo esotérico de FROB. ¿Y qué es, en román paladino, el FROB de marras? Pues el FROB de marras es una hucha la mar de socorrida que los sacerdotes de la idolatría han dispuesto para «el rescate del sector financiero». ¿Y cómo se provee esa hucha la mar de socorrida? Pues cogiendo a lazo el dinero de los pobres adeptos de la idolatría, que asisten a las «fusiones frías» de cajas y bancos como los crédulos paletos de antaño asistían a las sesiones de espiritismo; esto es, papando moscas y poniendo los ojos como bolitas de alcanfor, mientras les vacían los bolsillos. Y es que, en efecto, la hucha del FROB se financia, al menos en sus tres cuartas partes, «con cargo a los presupuestos», que es como finamente se denomina el expolio de nuestros bolsillos; y la otra cuarta parte —ay qué risa, tía Felisa— con cargo al «fondo de garantía» de los depósitos bancarios, que cuando escribo estas líneas ya ha desbancado al castillo de Drácula en el ranking de productores de telarañas.
Conque, cuando la propaganda nos dice que con el recorte de los sueldos de los funcionarios «el Ejecutivo espera ahorrar 4.500 millones de euros», lo que en román paladino significa es que saqueando los bolsillos de los funcionarios se dispone a financiar esta «fusión fría» que el otro día se anunciaba con gran boato, o cualquier otra semejante. Y con la congelación de las pensiones, la reformita del mercado laboral y demás trampantojos muy campanudamente disfrazados de «medidas de austeridad», se disponen a financiar otros enjuagues del mismo jaez, fríos, tibios o calientes, que la jerga idolátrica gusta de variar sus temperaturas, exactamente igual que los espiritistas de antaño, para engañar a los crédulos paletos que asistían a sus sesiones, hacían subir o bajar los termómetros aplicándoles hielo o acercándoles una llama. Todo sea para mantener en pie la tramoya; todo sea para que, mientras nos dejan tiritando, los sacerdotes de la idolatría pueda seguir aquietando el miedo del dinero.
www.juanmanueldeprada.com
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