Biomimética, biomímesis, biognosis, biomimicry, diseño orgánico o, simplemente, inspiración natural. «La naturaleza ya ha resuelto todos nuestros problemas a lo largo de sus 3.800 millones de años evolución», comenta Janine Benyus, del Biomimicry Institute (Montana, Estados Unidos). Fue ella quien acuñó el término a partir de los significados «vida» (bio) y «emulación» (mimética).
Ayer
Los primeros sistemas de navegación (basados en la ecolocalización de los murciélagos) o los modernos métodos de visión activa (similares a las pupilas de los gatos) son sólo algunas de las importaciones procedentes de la tecnología biológica. «Al principio constituían simples modelos mecánicos; más tarde, con la aparición del ordenador se pasó a la simulación», explica Francisco Vico, profesor de Informática de la Universidad de Málaga. El diseño de los estructuras biológicas en la actualidad sigue distintos caminos: La «Vida artificial» estudia los fenómenos desconocidos en Biología, pero que podrían haber surgido. Y las «Redes neuronales artificiales» analizan cómo grupos de millones de neuronas son capaces de percibir el entorno y reaccionar ante él, tal y como se comportan los ratones de campo.
Hoy
Las principales áreas de investigación hoy tienen que ver con la fabricación de coches más aerodinámicos, robots autónomos o fibra óptica. Ya se ha imitado el poder adhesivo de plantas (velcro) y lagartos (cinta de gecko), así como los principios de organización social de insectos (hormigas/abejas). Los siguientes pasos seguirán centrándose en los seres vivos más pequeños: la resistencia de las telarañas, de las cubiertas de sílice de las diatomeas o de las conchas de los abulones. Y en el transporte: cómo modificar en pleno vuelo, dependiendo de la velocidad del viento, la forma de las alas de los aviones. «Todo lo que hace un pájaro es acertado, cada una de sus plumas es oportuna», señala Spencer Beebe, presidente de Ecotrust (Oregón, Estados Unidos), institución dedicada a la búsqueda de oportunidades económicas y sociales respetuosas con el medio ambiente.
Y siempre
La biomimética ha desarrollado un número de innovaciones muy superior al que la mente humana habría concebido por sí sola, según Julian Vincent, director del Centro de Biomética y Tecnología Natural (Bath, Reino Unido). Vincent y sus colaboradores han desarrollado una útil base de datos que reúne unas 2.500 patentes biológicas. Un ingeniero, por ejemplo, podría introducir la palabra «propulsión» y obtendría una amplia gama de mecanismos empleados por peces, ranas y crustáceos. También podría usar la compilación para describir algún problema técnico y hallar las características deseables para su posible solución.
«Las especies vegetales y animales que nos rodean ya saben cómo vivir de forma sostenible en este planeta. Ahora nos toca adaptarnos a nosotros. Si nuestro mundo funcionase más como el mundo natural tendríamos más probabilidades de perdurar en este hogar nuestro, que no es sólo nuestro. La biomimética se trata de una estrategia de supervivencia para la raza humana», subraya Benyus.