Ni un año ha durado en el cargo el primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda, quien ayer anunció por sorpresa su dimisión. Su renuncia agrava la crisis política que sufre el archipiélago nipón tras la marcha del popular Junichiro Koizumi en septiembre de 2006.
Desde entonces, su sucesor, Shinzo Abe, dilapidó en poco tiempo la herencia política y la ventaja que le había dejado Koizumi, quien arrasó en las elecciones celebradas en septiembre de 2005. Acosado por varios escándalos de corrupción, que provocaron la dimisión de cuatro ministros y el suicidio de otro más, Abe tiró la toalla el 12 de septiembre del año pasado e ingresó en un hospital aquejado de estrés.
Para poner orden en el Gobierno, la formación política en el poder, el Partido Liberal Democrático (PLD), escogió en unas elecciones internas al veterano Yasuo Fukuda, un hombre de 71 años hijo de un antiguo primer ministro y que ya había ocupado un puesto en el Gobierno entre 2001 y 2004. Aunque se suponía que el moderado Fukuda iba a calmar las revueltas aguas niponas, su popularidad se ha hundido en el último año hasta cosechar una aceptación de sólo el 29 por ciento. El deterioro de la economía, que volvió a decrecer en el segundo trimestre, y el bloqueo de las iniciativas parlamentarias, debido al control que ejerce la oposición en la Cámara Alta de la Dieta, han hecho insostenible la continuidad del primer ministro antes de que se abra el nuevo curso político.
«Todavía tenemos tiempo antes del debate de las políticas clave en la nueva sesión parlamentaria, así que éste es el momento perfecto para no causar demasiados problemas a los ciudadanos», justificó Fukuda su decisión, que ya ha sido calificada de «irresponsable» por el líder del opositor Partido Demócrata de Japón (PDJ), Mizuho Fukushima.
Una vez más, la oposición volverá a pedir elecciones anticipadas mientras el PLD designa al nuevo primer ministro, que podría ser su actual secretario general y antiguo titular de Asuntos Exteriores, Taro Aso. Precisamente, Aso fue derrotado hace ahora un año en las primarias que celebró el PLD para sustituir a Shinzo Abe, por lo que este «halcón» de la derecha nipona podría por fin ocupar el cargo de primer ministro e intentar afianzarse como candidato en los próximos comicios.
