Suele pasar cuando uno prueba la tónica o el café por primera vez. Amarga. La reticencia inicial da paso a la curiosidad innata al ser humano y acabas por probarla otra vez. A España, suele pasarle lo mismo en los grandes campeonatos. Al principio, suele costarle, pero luego le coge el gustillo, saborea y acaba dándose un atracón.

Esta vez, la bonanza del calendario evitó un sofoco a la selección. Polonia, quizá el rival más flojo del grupo, sirvió de sparring para el equipo de Scariolo, que antes de que sonara la bocina del final del primer cuarto ya había dejado el duelo prácticamente sentenciado. Pasó apuros después, pero fue más por la falta de tensión que por la distancia real de ambos equipos sobre la cancha.

Fue Pau Gasol el principal protagonista de la película, con una primera parte para enmarcar, en la que se fue hasta los 15 puntos (11 de los primeros 13 de España) y una superioridad que asustaba en la zona. Los balones de ataque pasaban siempre por sus manos, mientras los pívots polacos trataban de frenarle sin éxito. La falta de centímetros, con la única ayuda del gigante Lapeta, obligó a los centroeuropeos a dar leña y por ahí aprovechó España para abrir brecha en el marcador. El acierto desde la línea de tiros libres (17 de 20 al descanso) permitió que la selección acabara el primer tiempo con trece puntos de ventaja, aunque fue realmente la aparición de Sada y Navarro lo que terminó por romper el encuentro.

El base del Barcelona, sin la presión de verse fuera, ha retomado su mejor versión. Incisivo en ataque e intenso en defensa, su presencia en la cancha reanimó a una selección algo apática en el segundo cuarto (42-25). De su juego se benefició Navarro (11 puntos en ese período), el único que se atrevió a mirar la canasta desde lejos.

Ese fue precisamente el gran lunar de la selección en este primer envite. El lanzamiento exterior (3 de 16 en tiros de tres) no funcionó, a pesar de que hubo varios tiros cómodos. De hecho, la distancia en el electrónico se difuminó cuando los polacos pusieron en cancha una defensa en zona en la que se ahogó España.

La inercia positiva llevó a Polonia a ponerse a solo seis puntos (63-57) con siete minutos por delante. A Scariolo le tembló la gomina y puso en cancha otra vez a sus mejores hombres (entre los que no estaba Rudy, aquejado por una extraña alergia), pero para entonces Polonia ya estaba embalada y creía en el triunfo. La distancia se redujo a cuatro (73-69, min. 39). Los nervios se apoderaron de los españoles, aunque no hubo tiempo para la sorpresa. Con Polonia a un tiro de la prórroga, aparecieron Pau Gasol, que anotó un 2+1, y Juan Carlos Navarro, con dos tiros libres, que sellaron el triunfo.