Las poblaciones de pingüinos Adelaida y de cara marcada en la Península Antártida Occidental y el Mar de Escocia adyacente ha descendido en un 50% durante los últimos años debido a la reducción del krill antártico, su principal presa, según un estudio del Centro de Ciencia Pesquera Suroeste en La Jolla (Estados Unidos) publicado en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los investigadores, dirigidos por Wayne Z. Trivelpiece, determinaron que las condiciones climáticas favorables y la menor competencia por el krill aumentaron el número de pingüinos en la Antártida entre los años 30 y 70 del pasado siglo. Sin embargo, desde entonces los autores sugieren que el ascenso de la temperatura y la mayor competitividad entre los mamíferos marinos podría haber disminuido la densidad de este crustáceo hasta en un 80%.
Los resultados del informe desafían la hipótesis del «hielo marino», que mantiene que el calentamiento global ha reducido las poblaciones de los pingüinos Adelaida, que eligen el hielo al disminuir el hábitat invernal, y ha beneficiado a los de cara marcada, que lo evitan.
Los autores advierten que se prevé un aumento en las operaciones de pesca de krill y que tanto los pingüinos de cara marcada como los Adelaida, probablemente, experimentarán un declive continuado si se reduce aún más la abundancia de krill. «Las crías de las aves podrían ser más vulnerables a la reducción de alimentos», señalan.
Los pingüinos de cara marcada se encuentran bajo el grado de amenaza en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.