«Quiero jugar», «dámelo» o «vete» son algunos ejemplos, según un grupo de investigadores escoceses.

Los orangutanes utilizan siempre los mismos gestos para sociabilizarse
¿Qué le dice un gusano a otro? «Me voy a dar una vuelta a la manzana». ¿Y un orangután a otro? «"Quiero jugar", "dámelo", "vete", "sígueme" o "deja de hacer eso"».
Ya existían estudios sobre el lenguaje corporal de los grandes simios, pero ninguno se había centrado en el significado intencional de los gestos. Los profesores Richard Byrne y Erica Cartmill, de la Universidad de Saint Andrews (Escocia), estudiaron el comportamiento de 28 orangutanes del zoo de Twycross (Reino Unido), del parque de primates de Apenheul (Holanda) y del Fondo británico de Conservación de la Vida Salvaje de la isla de Jersey (Canal de la Mancha) durante nueve meses. Los investigadores detectaron 64 tipos de gestos diferentes, 40 de los cuales eran usados de manera frecuente a la hora de establecer contacto, jugar, pedir cosas, propiciar un movimiento conjunto o detener la acción de otro ejemplar.
Simios perseverantes
¿Qué le dice una chinche a otra? «Te amo chincheramente». En cambio, si un orangután abre los brazos con los codos hacia afuera y extiende las palmas hacia abajo es que quiere estar solo. Y sólo pueden llevarse la mano a la boca, en cambio, cuando aprieta el hambre, pues también flaquea la complejidad del carácter.
Los grandes simios se comunican de manera inteligente gracias a un lenguaje basado en físicos y coquetos ejercicios: dan volteretas, golpean el suelo, se ponen objetos a modo de sombrero en la cabeza, soplan piezas de fruta, se tiran del pelo o se acurrucan. Los individuos analizados empleaban siempre los mismos movimientos, incluso para relacionarse con otros compañeros a los que no habían visto antes.
