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YO ENCONTRÉ LA FELICIDAD 3 | Nerea Blanco Marañón, filósofa «La filosofía te puede ayudar como guía para tomar decisiones»

Hablamos con tres personas que han encontrado la felicidad de manera muy distinta: en un convento de clausura, en el metaverso o a través de la filosofía y los pensadores clásicos, como le ha ocurrido a Nerea Blanco Marañón. Para ellos, la felicidad, simplemente, estaba ahí. Nos lo cuentan.

Domingo, 05 de Junio 2022

Tiempo de lectura: 3 min

Madrileña de 35 años, esta filósofa y escritora es la fundadora de 'Filosofers', una plataforma digital para fomentar el pensamiento crítico y divulgar la filosofía, sobre todo, entre los más jóvenes. Nerea Blanco Marañón descubrió muy pronto que el conocimiento transmitido por los grandes filósofos a lo largo de la historia podía hacer que entendiéramos mejor cómo ser felices hoy en día. Nos lo explica.


La filosofía despierta chispas. Y eso ocurre cuando descubres que ha habido gente que ha pasado por lo mismo que tú. Para entender qué consideramos hoy felicidad, hay que conocer lo que otros pensaron antes.

Todo empezó en la Grecia clásica. Aristóteles y Platón relacionaban la felicidad con la virtud, es decir: para ser feliz, tienes que hacer las cosas bien y ser prudente.

Nuestra época de crisis se parece a la decadencia que vivió luego Grecia, el helenismo. Aparecieron los cínicos, los epicúreos y los estoicos, que decían que, si no puedes controlar tu entorno porque está en crisis, lo que sí puedes manejar es cómo te enfrentas tú a él. Defendían la ataraxia: cuanto menos sientas, mejor. Felicidad era controlar el placer y las emociones.

Los filósofos del siglo XIX... Nietzsche, Marx o Freud, defendieron que la felicidad está en nosotros, no en la otra vida, como se decía en la Edad Media. Eso lo seguimos arrastrando: nos agarramos a lo terrenal, al vitalismo, el carpe diem.

«Confundimos la alegría con la felicidad. En vez de controlar el placer, como los griegos, lo buscamos constantemente y eso no nos llena»

Ahora hemos confundido la idea de felicidad con el éxito laboral. Ya no nos centramos en nosotros, sino en el trabajo. Y también confundimos la alegría con la felicidad. En vez de controlar el placer, como los griegos, lo buscamos constantemente y eso no nos llena. Al mismo tiempo, si ahora los jóvenes solo escuchan y leen que todo está mal, eso impide que haya puertas a la esperanza para poder caminar hacia una mejora de la vida. La felicidad está ligada al hecho de tener espacio para construir tu vida. Si no se dan las circunstancias porque nuestras condiciones materiales, nuestros trabajos y nuestras posibilidades se ven cada vez más mermados; ni tampoco nos dan los relatos, es decir, no nos cuentan qué hacer para mejorar todo esto, es normal que se caiga en la apatía.

En otras épocas siempre había una meta. Ser virtuoso, conseguir controlar las emociones... Había un futuro. Pero ahora vivimos en una especie de depresión, es decir, estamos en una época de un fuerte nihilismo porque no vemos un futuro. La idea de felicidad resulta inalcanzable porque nos la plantean como un estado puntual ligada al éxito y es obvio que la mayoría de la gente no alcanza esa propuesta. No somos todos esa gente de éxito que nos venden que hay que ser. Es muy triste, porque tenemos un concepto de la felicidad como un producto de marketing. Y así no podemos seguir.

Con todos estos conceptos se puede hacer un cóctel de la felicidad. Para mí, el carpe diem, la idea de abrazar el presente, es importante: no hay que renegar del «sexo, drogas y rock & roll», pero hay que asumir responsabilidades y ser virtuoso y prudente. Hay que aprender a ser feliz con tus circunstancias, pero también moverte todo lo posible para mejorarlas. No olvidemos que la vida es movimiento y que somos seres sociales. La alegría compartida es mayor. Con la felicidad sucede igual.

La filosofía puede parecer árida y difícil, incluso triste u oscura. Pero, en realidad, en ella se pueden encontrar muchas recetas vitalistas llenas de luz. Los jóvenes deberían acercarse a la filosofía para que sepan que hay cosas que les pueden hacer encontrarse a ellos mismos, descubrir herramientas para construir una vida feliz y, en definitiva, descubrir un mundo apasionante.

En resumen. La filosofía te puede ayudar como guía para tomar decisiones. Hay vida más allá de los libros de autoayuda.


Etiquetas: Filósofos
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