Si fuese un ser humano, viviría hasta los 800 años. La rata topo incumple cualquier parámetro de envejecimiento de los roedores. Así que, aunque no sea el más atractivo de los animales, se ha convertido en el más 'sexy' para los laboratorios científicos que se
afanan estos días en prolongar la vida humana más allá de los límites hoy conocidos. La cuestión es ¿qué hace que esta rata, que habita los más inhóspitos desiertos de África Oriental, sea tan resistente?
El sistema social de la rata topo está tan estructurado como el de las abejas o las hormigas. Los habitantes del túnel donde viven se organizan en un estricto matriarcado. Bajo el despiadado gobierno de una reina, cada animal tiene un papel muy definido. Los soldados vigilan la cueva mientras sus compañeros cavan las rutas. Luego está la 'guardia de palacio', que debe defender el reino hasta la muerte. En el interior del edificio, los privilegiados cortesanos se reúnen en torno a la reina.
La reina es una autócrata todopoderosa: una sola hembra se rodea de un harén de hasta tres machos y gobierna a unos 300 súbditos. Gobierna hasta que otra hembra reúne suficientes machos a su alrededor que estén dispuestos a matar a la gobernante. La reina es la única hembra fértil de la colonia.
En cuanto una reina toma el mando, los genitales de todas las demás hembras se encogen y se vuelven infértiles. La reina da a luz hasta a 1100 crías.
Las ratas topo desnudas pueden sobrevivir durante 18 minutos sin oxígeno. Además, no son muy sensibles al dolor, muy raramente padecen cáncer y viven hasta 37 años, lo que serían unos 800 años en humanos. Es decir, muestran una extraordinaria resistencia a envejecer. Eso no significa que sean inmortales o que no enfermen. Son víctimas de epidemias imprevistas y se matan entre ellas con frecuencia. Pero sus células, huesos y vasos se mantienen frescos toda su vida. Eso es lo que las hace tan interesantes para una empresa como Google, que está buscando el algoritmo de la eterna juventud. Sus laboratorios Calico están secuenciando el genoma de estos roedores, con un presupuesto de 1500 millones de dólares.
Ahora, el Centro Max Delbrück de Medicina Molecular de Berlín, según la revista Stern, ha publicado nuevos hallazgos sobre la robusta salud de la rata topo. Más concretamente: sobre su bazo. Han descubierto que responde a una ley sorprendente: cuanto más alto está un animal en la jerarquía social, más grande es. Y como el bazo es responsable de la defensa inmunitaria, esto significa que el jefe está aún más protegido contra las enfermedades que su subordinado. Las reinas, por supuesto, tienen el bazo más grande y viven más tiempo que los demás de la colonia. Pero hay otro más: hasta que las reinas no son víctimas de asesinato siguen siendo fértiles. No conocen la menopausia. El desafío es saber cuánto tiempo viviría una reina con su bazo milagroso si no fuera víctima de la trama asesina de una competidora. Porque en la colonia el 'magnicidio' es ley.
Ahora, un estudio liderado por Miguel Brieño-Enríquez, investigador en reproducción de la Universidad de Pittsburgh, ha dado un gran paso en la investigación sobre por qué esta rata sigue siendo fértil hasta la vejez.
El equipo descubrió que las hembras de rata topo desnuda tienen un número excepcionalmente grande de óvulos en comparación con otros roedores y que las tasas de mortalidad de las células sexuales femeninas eran más bajas. Además, observaron que las células precursoras de los óvulos no solo se producían en el embrión sino que se seguían dividiendo en ratas de 3 meses de edad, y todavía estaban presentes en las de 10 años, lo que indica que la capacidad reproductiva puede continuar durante toda su vida. Las conclusiones de la investigación serán de gran ayuda para abordar la infertilidad en humanos.
La rata topo desnuda
TIENE UN ASPECTO EXTRAÑO, PERO RESULTA PERFECTO PARA SOBREVIVIR EN SU ENTORNO HOSTIL.
La inusual posición de sus dientes les da la apariencia de una morsa subterránea, pero esos prominentes incisivos evitan que la tierra se desmenuce en sus hocicos al excavar. Elaboran sus largos corredores usando solo los dientes.
Estos roedores viven en las zonas semidesérticas de África Oriental en sistemas de cuevas muy ramificados. El hecho de vivir bajo tierra los ha dejado casi ciegos. Lo compensan con un excelente oído y un muy desarrollado olfato.
Su cuerpo en forma de salchicha y sin pelo les permite arrastrarse por los túneles ocultos del desierto sin apenas fricción. La mayoría se dedica a excavar. Y la vida de los excavadores no es un camino de rosas. Los que están más arriba pisotean al resto. Literalmente. Muchos mueren en el proceso.
Tiene un sofisticado sistema de comunicación, chirridos y pitidos que emiten constantemente y que les sirve para distinguir a su 'familia'. Y es que cada colonia tiene su propio dialecto. Estas peculiaridades 'lingüísticas' refuerzan el sentimiento de pertenencia. Los extraños son reconocidos inmediatamente porque emiten sonidos distintos.
Las ratas topo se comen sus excrementos. Lo hacen desde que son crías y ese 'entrenamiento' les proporciona las bacterias que necesitan para digerir las raíces duras y los tubérculos leñosos de los que se alimentan en su limitado hábitat. Pero los excrementos son también un instrumento de dominación. La reina emite a través de ellos sus fuertes hormonas (es el único animal fértil de la colonia) y transforma a sus congéneres en súbditos leales.