El mensaje te paraliza.«Se ha marcado esta página para ser borrada y un 'bibliotecario' se encargará de ello en breve...». ¡Horror! Pero, si solo estoy intentando subir un contenido a Wikipedia, la historia de XLSemanal. Si todo lo que pongo es correcto,
el lenguaje es adecuado y no me meto con nadie, ¿qué he hecho mal? ¿Quién es ese 'bibliotecario'? Inmediatamente, Wikipedia me ofrece entrar en un tablón de discusiones donde se me permite defenderme: alegar las razones por las que creo que debe frenarse ese borrado. Al otro lado, alguien intercede y me da los consejos para seguir adelante. Con la comunidad de editores de Wikipedia hemos topado. Con más de 1.679.000 artículos y 16.000 millones de visitas en el último año, Wikipedia en español lleva más de 20 años ofreciendo información gratuita, relevante y verificable por cualquier persona que tenga acceso a Internet. Y, aunque es cierto que todo el mundo puede editar contenidos, «la comunidad se ha dotado de un conjunto de reglas que rigen los procesos de redacción, elaboración, publicación y documentación de sus artículos y que se han ido conformando a través del consenso a lo largo del tiempo», asegura Florencia Claes, presidenta de Wikimedia España.
Pero ¿quién se encarga de que todo esto se cumpla? ¿Existen rangos? Wikipedia en español tiene 6.206.713 usuarios registrados, todos pueden participar en la edición de un contenido, pero de ellos solo se encuentran activos 17.355 (han realizado al menos una edición en los últimos 30 días). Se publican unos 250 artículos nuevos al día en castellano (incluye a todos los países de habla hispana).
En Wikimedia España, solo hay dos personas asalariadas; el resto, como todos los usuarios, son voluntarios. «Nadie cobra y conozco a gente que le dedica hasta seis horas al día». No todo son personas, también hay bots, programas automáticos que ayudan a corregir faltas de ortografía o a evitar algunos ‘vandalismos’, como la inclusión de obscenidades e insultos. Pero incluso estos bots son solo una ayuda para los verdaderos vigilantes, los ‘patrulleros’, una especie de ‘Wikipolicía’ que vela por evitar que se publiquen páginas ofensivas, irrelevantes o autopromocionales.
En el planeta Wikipedia no es raro que surjan discrepancias sobre un contenido y, entonces, ¿quién modera la disputa? ¿Y quién tiene el poder de ponerle fin? Cuando hay desacuerdos o guerras de edición sobre un tema, la comunidad editora debate en la pestaña de ‘Discusión’ del artículo en cuestión para intentar llegar a acuerdos. Normalmente se consigue y los ‘bibliotecarios’ solo intervienen si hay casos de acoso o insultos. Eso sí, no existe un límite de tiempo establecido para que se llegue a un consenso. En aquellas situaciones excepcionales en que no es posible acordar posturas existen procesos de ‘resolución de conflictos’, tales como la mediación, que involucran en la discusión a editores con más experiencia. En cualquier caso, explica Claes, como en Wikipedia lo que más se valoran son las fuentes, es fácil llegar a acuerdos. En realidad, dice, se parece más a una discusión académica, en términos ‘científicos’ o demostrables, que un debate en un foro auspiciador de polémicas. Y pone un ejemplo: Fidel Castro. Explica Claes que «ha sido una de las discusiones más fuertes que ha habido porque muchos latinoamericanos no lo consideran un dictador y se debatía sobre si poner la palabra ‘dictador’ o no en su artículo. Finalmente se llegó a la conclusión de que debía aparecer una fórmula muy aséptica: ‘Ha sido calificado de dictador, principalmente por el lapso extendido de carácter autoritario de su mandato’ y ahí vienen las fuentes que así lo califican».
Más complejos son los temas con más escasa documentación académica. Es el caso, por ejemplo, de la cantante hispanofrancesa de trap La Zowi. Intentar subirla a Wikipedia ha sido complejo. «Si se junta que es una mujer joven y relacionada con música urbana, nos encontramos con editores que defienden que no es relevante», explica la editora Marta Delatte. «También tuvimos fricciones con compañeras feministas más tradicionales que consideraban que no era la mejor representación del feminismo». Este tipo de discusiones son una constante, aseguran, cuando editas temas relacionados con el feminismo o el racismo. Pero, a pesar de lo que pueda parecer, Claes asegura que hasta las discusiones más agrias se solucionan por consenso. Eso sí, como en el caso de Fidel Castro, puede llevar años alcanzarlo.
Marta Delatt / Investigadora y analista de datos
«Para mí, Wikipedia es un milagro. Que millones de personas en todo el mundo se pongan a editar es maravilloso, pero, si no se regula, acaba reproduciendo las mismas desigualdades que en la vida real. Se producen hostilidades muy parecidas a las que hay en las redes sociales. La gente cree que aquí se discute de forma muy cívica, pero también hay trolls, como en cualquier sitio. Las discusiones sobre lo que se incluye y lo que no pueden generar mucho desgaste, sobre todo para las mujeres, porque aquí todo se consigue por consenso y nosotras estamos en minoría. Trabajo, sobre todo, organizando 'editatonas' (iniciativas para editar artículos que son relevantes para las mujeres) y en labores relacionadas con la brecha de género. Yo llevo un año editando sin mi usuario porque no quiero acabar en ninguna discusión tensa. Todavía me llegan mensajes de alguien que se ensañó conmigo dentro de una conversación y al que he pedido que no se dirija más a mí, pero incluso me etiqueta en conversaciones con otras personas para quejarse sobre las editoras feministas».
Fernando / Bibliotecario e Ingeniero industrial
«El trabajo de un bibliotecario consiste en mediar en la resolución de conflictos. Podemos ejecutar el borrado de artículos, pero no tenemos control editorial. Wikipedia es una enciclopedia libre en la que cualquiera puede escribir, pero también cometer vandalismos, como publicar algo que es mentira o subir un insulto a una biografía. Por eso hay un grupo de usuarios, que somos elegidos por votación, que podemos revertir esos actos. Todos los usuarios pueden proponer el borrado, pero no hacerlo directamente porque, si no, cualquiera podría deshacerse de la página del político o el futbolista de turno que le cae mal».».
Mentxu Ramillo Araujo / Editor y Politóloga
«Empecé hace seis años, pero cometí muchos errores. Intenté publicar un artículo sobre la red social en la que trabajaba, sin conocer las claves de edición de Wikipedia y el mensaje de borrado me llegó antes que la bienvenida. Me pillé un cabreo tremendo. Me consta que hay muchas mujeres que tiran la toalla porque no es un entorno amable de primeras. Lo que más me desgasta es que, a veces, tengo la sensación de que el espíritu colaborativo de Wikipedia en algunas personas se ha sustituido por afán de protagonismo, de marcar territorio o de imponer una visión determinada sobre un tema, en lugar de aceptar la diversidad de puntos de vista, facilitar y acompañar, sobre todo a personas novatas. Me gusta imaginar un mundo en el que todos tengamos acceso libre al conocimiento y podamos participar en su construcción colectiva. Hay que reducir la brecha de género, de edad, de lenguas, de identidades... Hay temas muy hegemónicos, como los deportes, que no generan ningún problema; es muy fácil subir la biografía de un futbolista, aunque sea de Tercera. Pero si quieres escribir, por ejemplo, sobre una mujer defensora del colectivo LGTBI la cosa se complica y ya tienes a un montón de gente haciendo plantillas de borrado porque dicen que no tiene relevancia».
Miguel Allán Cordova / Patrullero e Historiador
«Colaboro como 'patrullero' y me dedico a vigilar artículos nuevos, arreglarlos cuando se publican y avisar a los bibliotecarios (capaces de borrar un artículo) si no cumplen con los estándares de Wikipedia. Conocimiento libre no quiere decir que no existan normas. Eso me ha supuesto muchos mensajes de usuarios novatos que se mostraban inconformes. Incluso algún editor, un poco cabreado con el borrado de su artículo, ha intentado contactarme por otros medios fuera de Wikipedia, pero, afortunadamente, nunca ha llegado a más complicaciones. También me han ofrecido pagarme por ediciones, pero no he aceptado porque no sería congruente con los valores del conocimiento libre que se quiere transmitir. Soy consciente de que la figura del 'patrullador' es de las más polémicas. Algunos dicen que los avisos que mandamos, que se llaman 'plantillas', hacen que la enciclopedia sufra pérdidas porque espanta a los novatos. Sin embargo, yo creo que es fundamental la labor de revertir los vandalismos y el bullying de personas que, por ejemplo, publican biografías de gente que les cae mal».