Diez días después comienza el derribo del edificio destrozado por una explosión de gas en Logroño, el pasado día 22 de mayo. El número 25 de la Gran Vía logroñesa quedó completamente calcinado por el fuego y acabó con la vida de las cuatro personas de una misma familia. Las tareas de demolición que comienzan hoy van ser lentas y extremadamente cuidadosas porque los restos de las viviendas corren un serio peligro de venirse abajo. También tiene que ver con una solicitud de la Policía Científica que intenta recuperar varios restos humanos del padre y la hija fallecidos que tras incendio, se supone que quedaron en una zona hasta ahora inaccesible.