En el secuestro del atunero 'Alakrana' hay unas protagonistas silenciosas, las mujeres de los tripulantes. Al principio fue el silencio, la espera. Pero enseguida se organizaron y, contra viento y marea, se han convertido en la voz de sus maridos. Son mujeres curtidas por largas ausencias, que se han propuesto, nada menos, que no se desvíe la atención y acabar con el secuestro. Han salido en tromba a la calle para luchar por sus hombres y ya nadie las va a parar. Han vivido los 39 días de secuestro colgadas del teléfono. Se han convertido en involuntarias protagonistas de multitudinarias ruedas de prensa. Han trasladado personalmente al Gobierno sus exigencias y han dado la cara hasta movilizar Vigo y Bermeo. Las lágrimas que hemos visto caer por sus mejillas han sido por pura impotencia, nunca por desfallecimiento. Están acostumbradas a arreglárselas solas. Ninguna de ellas parece desfallecer. Mientras les queden fuerzas, lucharán por la liberación de los marineros.