Tras un mes y medio al borde de la muerte Federico ha vuelto a nacer. Le ha ganado la batalla a la bacteria comecarne. Un milagro si tenemos en cuenta que sólo una persona de cada cinco se salva. Su estancia en el hospital ha sido muy dura, con muchas dificultades. Fue sometido a 17 intervenciones, le tuvieron que inducir un coma y le amputaron el brazo izquierdo. Federico trabajaba como brigada forestal. Sofocaba un incendio en un vertedero cuando se hizo varias heridas. Ahí empezó su pesadilla porque se infectó con la bacteria, que es muy agresiva porque va matando las células de la piel y de los músculos. Federico está recibiendo tratamiento psiquiátrico. Está feliz porque está vivo pero ahora tiene que aprender a vivir sólo con un brazo.



