Los refugiados sirios continúan con su travesía por tierras de nadie entre Serbia, Macedonia y Hungría. Un camino angustioso, largo, peligroso al que, en las últimas horas se ha sumado un nuevo obstáculo la lluvia y el barro. Así prosiguen su camino, casi sin protección pero empeñados en llegar a toda costa a la tierra prometida de Alemania. -Redacción-